Vélez eliminó a Peñarol de la Sudamericana
El Fortín se metió en los octavos de final de la Sudamericana por un penal sobre la hora de la joyita de Liniers, como había pasado contra Aucas. Fue 1-1 frente a Peñarol en Montevideo (la ida 0-0). El Cebolla Rodríguez lo igualó también de penal.
OléFue un final inesperado. De locos. Todo lo pulcro y prolijo que se había dado tanto en la ida de Liniers como en casi toda la revancha en Montevideo, se destruyó en un par de minutos que fueron para el infarto. Así como Vélez llegó hasta acá a puro milagro, mantuvo la fórmula. Porque se puso arriba con un penal en tiempo adicional, porque sufrió otro en contra en la última jugada pero ya había hecho la diferencia que le dio el pasaje a otra instancia de esta Sudamericana. Diferencia conseguida, otra vez, fue por Thiago Almada, de penal y sobre la hora, como ya había pasado contra Aucas la fase anterior. El pibe volvió a ser el héroe incluso, pidiéndole la pelota a Ricky Centurión para que se lo dejara patear.
Tal vez se haya tratado de la llave más trabajada desde lo estratégico. Sobre todo por el lado de Mauricio Pellegrino, que decidió salir a la revancha con un esquema distinto. Se plantó con tres en el fondo y reunió mucha gente en el mediocampo. Por lo que ocurrió en el primer cuarto de hora, a los jugadores les costó acomodarse. Porque de entrada pareció que Peñarol se lo iba a llevar puesto. Aunque se trató de una ráfaga que se cortó cuando Alexander Domínguez cerró la ventana. Le tapó un remate a Terans y después vio como las balas que llegaban con remates desde afuera pasaban cerca... Pero el Fortín se acomodó, Gago empezó a mover el balón por abajo, los volantes externos le pusieron una dinámica infernal, la rotación entre Bouzat y Janson le rompió la brújula al dueño de casa. De todos modos, se midieron todo el tiempo, tanto que casi no se lastimaron.
Pellegrino movió el banco, mandó a los aviones, los que vuelan, Ricky Centurión y Almada, para que Gago (y luego Ricky Álvarez, que ingresó para tener más la pelota) tuviera más opciones de pases. Pese a la verticalidad de los jóvenes, no hubo situaciones. Claro, hasta que el árbitro brasileño Rodrigues de Souza le dio un penal más que discutible a Vélez y otro también polémico al local. Pero el Fortín pegó primero con la joyita. Y se sabe, eso vale doble.