Southgate tiene una mina

El seleccionador inglés hizo más pruebas, y en ellas volvieron a salirle buenos resultados. Sancho y Grealish no defraudaron.

Alberto Muñoz
As
Envidia de la sana, pero envidia, al fin y al cabo. La cantidad de jugadores de nivel entre la que puede escoger Gareth Southgate es, sencillamente, escandalosa. Da la sensación, si no es una certeza, de que en este momento Inglaterra podría confeccionar dos selecciones perfectamente competitivas. Este jueves, en un amistoso ante la República de Irlanda, el seleccionador inglés hizo más pruebas, y, en ellas, volvieron a salirle buenos resultados.

Recuperó a Maguire, que está pasando unos meses terribles y que se reivindicó con un gran partido y un cabezazo imponente para abrir el marcador. Constató a Winks y Mount en la medular, ambos muy firmes pese a su corta edad, pero también cargados de calidad como para engrasar el juego e incluso dar el último pase. Y dio la bienvenida a Grealish, que vive un momento espectacular, y a Calvert-Lewin, un trueno esta temporada en la Premier League que llegó incluso a marcar desde el punto de penalti una pena máxima cometida sobre Saka.

Sin Kane, Sterling, Rashford y compañía, había muchas ganas de ver qué podían hacer Sancho y Grealish, y, teniendo en cuenta que fue un partido más que plácido para la selección de los Three Lions, no defraudaron. De hecho, ambos conectaron para que el habilidoso extremo del Dortmund marcara su gol con un disparo cruzado en la primera mitad. Con esa asistencia, el jugador del Aston Villa, al que quizás debió haber fichado el Manchester United en su momento, volvía a dar lustre a un arranque de temporada en el que ha metido cinco goles y repartido siete pases de gol en apenas 11 partidos.

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