Tras ser titular después de cuatro partidos,
Isco no tuvo su mejor noche ante un Valencia en el que llegó a jugar a
comienzos de la década. Su actuación recuerda a su etapa con Solari.
Y es que desde hace dos campañas, Isco parece haber entrado en una cuesta abajo irrefrenable.
Hasta tal punto que Solari se lo olió y empezó a dejarle fuera de las convocatorias… nada más ser nombrado entrenador del Madrid sustituyendo a Lopetegui en octubre de 2018.
La relación entre Solari e Isco llegó a tener malos gestos del jugador hacia el entrenador que decidió dejarle en las gradas.
El momento culmen llegó en la terrible derrota ante el Ajax en marzo de
2019: cuando el jugador se enteró de que no estaba en la convocatoria
para el partido de vuelta de octavos de la Champions ante el cuadro
holandés, decidió no subirse al autobús del equipo. El técnico explicó
la situación al club, y éste decidió abrirle un expediente
disciplinario. El malagueño no viajó ni siquiera a Valladolid, en el
último partido.
El día antes, Solari soltó dos bombas en la
conferencia de prensa (llegó una hora y media tarde del horario fijado),
que todo el mundo pensó que se dirigían al malagueño: “Para jugar hay
que ponerse primero en forma física y luego la forma competitiva, es
inexorable”. La segunda era terriblemente dura: “A los que no han estado
a la altura del escudo, se lo dije”.
Sin embargo, al día siguiente 11 de marzo y tras haber ganado en
Valladolid, Solari era cesado como entrenador blanco y le relevaba
Zinedine Zidane, que retomaba el banquillo del conjunto blanco. Uno de
sus primeros mensajes favorecía a Isco: “No hay expediente”. El segundo
fue más rotundo: fue titular en el primer partido de su segunda etapa. Isco se lo devolvió marcando el primer gol ante el Celta que abría esta nueva fase de Zizou
en el banquillo blanco. 604 días después, todo se asemeja bastante a la
etapa que el malagueño vivió con Solari. Un Solari que vio, se lo olió y
decidió. Ahora le toca a Zidane decidir: si le da una nueva oportunidad o corta por lo sano…