Ni uno, ni dos, ni tres: Haaland canta póker en Berlín
El noruego se dio un festín frente al Hertha. El otro protagonista fue el joven Youssoufa Moukoko, que superó el récord de precocidad en la Bundesliga de Nuri Sahin.
Fue el BVB el equipo que propuso más desde el principio, pero no logró incorporar a Guerreiro y Brandt en banda y terminó chocándose, una y otra vez, contra el rocoso Hertha en defensa. Cuando, verdaderamente, desprendió peligro fue cuando el cuero llegaba a los pies de Haaland que, eso sí, no comenzó el choque en el Olímpico de Berlín demasiado inspirado. Falló dos clarísimas, algo que a Cunha no le ocurrió en el área contraria. Un latigazo del brasileño desde 20 metros estrenó el luminoso y dejó perplejos a los de negriamarillo, que vieron cómo los locales se adelantaban en el momento en el que los visitantes parecían estar mucho más cerca del gol.
Tuvo Haaland el empate en sus botas instantes antes del descanso y no fue capaz de enchufar el pase de la muerte de Guerreiro, un error impropio del goleador borusser que le enrabietó. Tanto, que el nene noruego salió como una moto en la segunda mitad y dio la vuelta al marcador él solo. Necesitó dos minutos. El primero fue a centro de Can, el segundo a pase de Brandt. Dos goles de puro kíller. Pero la bestia no estaba saciada y firmó el hat-trick en cuestión de 16 minutos tras un error de Plattenhardt y Alderete. Guerreiro amplió la goleada, Cunha maquilló el resultado de penalti, pero el punto y final tuvo que ponerlo Haaland con un zurdazo que supuso su primer póker en la Bundesliga. Moukoko le aplaudía. Todos le aplaudían.