Moise Kean, la amenaza de Icardi

París, AS 
Moise Kean (20 años) está pisando el jardín de Icardi (27) de la misma forma que este pisó el de Cavani (33). Las bajas del argentino, por coronavirus, primero, y por lesión, después, han abierto las puertas de la titularidad al italiano. Y este, lo está aprovechando. Su llegada sobre la bocina, procedente del Everton, a priori, no escondía otra cosa que el reposo de los titulares. Sin embargo, el ex de la Juventus está mostrando que su potencial, por mucho que la Premier no le haya desembrutecido, sigue intacto. Cuatro goles y una asistencia es su bagaje con la elástica parisina, todo ello aglutinado en los últimos cuatro encuentros (ha jugado seis), con Mauro de baja.

La presente prometía ser la temporada de la confirmación del rosarino, pero el tran tran de las ausencias le está dejando en una posición comprometida. En los cuatro partidos que ha conseguido disputar, titular en todos ellos, sólo ha logrado ver puerta en uno de ellos, ante el Stade Reims, aunque lo hizo por partida doble. Dos goles en 348 minutos (un gol cada 174'). El curso pasado, por ejemplo, hizo 20 tantos en 34 partidos y 2185 minutos (veía puerta una vez cada 109') Kean, por su parte, ha logrado sus estadísticas en 432', un gol cada 108', aunque, como decimos, todo se ha condensado en su pico de forma reciente. Curiosamente, el promedio del segundo es prácticamente que el del primero en el año del sorpasso.

Ante el Leipzig, sin ir más lejos, L'Équipe se rendía al de Vercelli, al que, a pesar de la derrota (2-1), colocó un 7 sobre 10 y le consideró el mejor de los parisinos. Algo, esto de ser el mejor, que se está convirtiendo en costumbre. Y más, cuando Neymar y Mbappé, como en el choque ante los de la Red Bull, no están presentes. A sus 20 años, el delantero no está haciendo nada que Icardi no haya hecho antes. De hecho, como deslizábamos, Cavani sufrió en sus carnes una situación similar.

El sorpasso, ¿segunda parte?

El uruguayo, acostumbrado a jugarlo todo, vio como un cedido por el Inter Icardi rascaba más y más minutos a base de goles el curso pasado y, en sus ausencias, le acabó usurpando el lugar al frente del tridente de ataque capitalino. Palabras mayores, ya que hablamos del mayor goleador histórico del PSG. 200 goles que no pesaron a la hora de salir por una puerta que pocos hubieran esperado antes del aterrizaje de Mauro, la de atrás. Leonardo hizo efectiva la opción de compra de 55 millones que existía y convirtió al ariete de 27 años en jugador a todas luces del conjunto francés.

Donde las dan, las toman, debe estar pensando Cavani desde Mánchester, mientras ve cómo Moise Kean está dando dosis de una medicina a Icardi que este bien conoce. La temporada del PSG no está siendo la deseada. El irregular comienzo, seguido por un oasis de sensaciones, ha vuelto a la escena. Si en la Ligue 1 no marchan con la tiranía habitual (solamente sacan dos puntos al Lille, segundo) en Champions viven en un barbecho complicado, tras haber sumado solamente tres puntos en la primera vuelta. Números que, sumados a la tensión entre Tuchel y Leonardo, han tensado enormemente la cuerda de la continuidad del alemán.

El regreso de las estrellas debería enderezar el rumbo, pero veremos si cuando una de ellas, Icardi, esté disponible, Tuchel (si es que continúa al frente de la nave) sigue reservándole un puesto en el once o si, por el contrario, Moise Kean ha tenido tiempo de confirmar el robo. A final de temporada, cuando la cesión llegue a su fin, habrá que reevaluar. Veremos si este comienzo es solo un atisbo de recuerdo o Icardi, Cavani y Moise Kean intercambian los papeles del pasado.

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