Mohsen Fakhrizadeh, señalado como cabeza del plan de armas nucleares de Irán, fue ejecutado cerca de Teherán
Era un físico relacionado a la Guardia Revolucionaria del régimen teocrático. Cayó abatido en un ataque con explosivos y ametralladoras este viernes en Absard, una localidad al este de la capital del país
Israel se negó a hacer declaraciones sobre la muerte de Mohsen Fakhrizadeh, a quien el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, una vez mencionó en una conferencia de prensa y expresó: “recuerden ese nombre”.
Según la agencia AP, desde hace tiempo se sospecha que Israel ha ordenado una serie de operaciones selectivas contra científicos nucleares iraníes.
La televisión estatal iraní citó este viernes fuentes que confirmaron el homicidio y afirmó que ofrecería más información en breve.
Fakhrizadeh dirigió el programa “Amad” (“Esperanza”) de Irán. Israel y Occidente han alegado que fue una operación militar que buscaba la viabilidad para construir un arma nuclear en Irán. Teherán ha sostenido durante mucho tiempo que su programa nuclear es pacífico.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) afirma que el programa “Amad” terminó a principios de la década del 2000. Los inspectores del OIEA monitorean ahora los sitios nucleares iraníes como parte del acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales y que ahora se está desmoronando.
El asesinato de Fakhrizadeh ha tenido lugar en medio de las informaciones sobre los preparativos para la ejecución en Irán del académico Ahmadreza Djalali, condenado hace tres años por presunto espionaje y por proporcionar información sobre científicos nucleares iraníes al Mossad.
La Fiscalía considera que Djalali dio al Mossad información de 30 científicos nucleares y militares, entre ellos Masud Alí Mohamadi, que murió en 2010 por la explosión de una bomba adosada a su moto junto a su vivienda en Teherán. Las autoridades también lo vinculan con el asesinato del ingeniero Mayid Shahriari, fallecido en otro ataque con bomba ese mismo año.
El científico, residente en Suecia, fue detenido durante un viaje a Irán en abril de 2016 y trabajaba hasta su detención como investigador en el Instituto Karolinska de Estocolmo. Suecia, que ha pedido a Teherán que no proceda a su ejecución, le concedió la ciudadanía en 2018, si bien el Gobierno iraní no reconoce la doble ciudadanía.