Messi-City: segunda oleada
La renovación de Pep Guardiola por el Manchester City hasta 2023, con otro año más opcional, ampliando así su actual contrato que finalizaba al término de esta temporada, modifica un paisaje que oscurece el futuro de Leo en el Barcelona.
El anuncio de la continuidad de Guardiola llegó precedido de las noticias que desde Inglaterra anunciaban una nueva ofensiva del club citizen por Messi. Una ofensiva que no se circunscribiría a intentar fichar al astro argentino a final de temporada cuando queda libre, sino que hablan de acometer la operación este mismo mercado de invierno pagando una cifra al club blaugrana.
El diario The Sun hablaba de una operación de entre 55 y 60 millones de euros en la que podría incluirse el traspaso de Eric García, el central formado en el fútbol base blaugrana. Esta operación es un desastre deportivo, pero serviría para reparar las depauperadas cuentas del club blaugrana, que ya ha sido advertido por LaLiga de que debe de bajar de cara al próximo curso su masa salarial en un 43 por ciento.
La hipotética salida de Messi sería un balón de oxígeno para el club y sin duda la decisión más trascendente que deberá tomar el próximo presidente de la entidad. El Barça se encuentra actualmente en manos de una gestora que no tiene entre sus atribuciones afrontar operaciones de venta, y mucho menos del calibre que supondría la venta de Messi a nivel estructural. Las elecciones a la presidencia del Barça, siempre que la pandemia lo permita, están previstas para el próximo 24 de enero, a una semana de que se cierre el mercado invernal. Unas elecciones en las que Guardiola, tras su anuncio de renovación, no será una carta que pueda jugar ninguno de los candidatos.
Si a la renovación de Guardiola y a la crítica situación económica del Barça se le une el disgusto de Messi tras lo sucedido este verano, queda claro que el Barça se enfrenta a una tormenta perfecta.
El argentino lo ha dado todo sobre el terreno de juego en lo que va de temporada, pero a nadie se le escapa que algo se ha roto en la relación con el club y no parece que la dimisión de Bartomeu y su junta haya sido el pegamento definitivo para reparar la grieta. El miércoles, a su llegada a Barcelona tras participar con su selección de los partidos de clasificación para el Mundial recibió en su avión privado la visita de dos inspectores de Hacienda que le interrogaron durante más de media hora. Su indignación se hizo patente a la salida de la terminal de vuelos privados cuando encima le preguntaron por las palabras del tío de Griezmann. “Estoy harto de ser el culpable de todos los males”, dijo el argentino.
Desde el entorno de Messi aseguran que toda la información respecto a esta operación sale de Inglaterra y que con ellos nadie ha hablado. El Barça tampoco ha recibido ninguna oferta en firme, pero todos los elementos se están alineando para que se de una tormenta perfecta en torno a Messi. La segunda oleada promete ser más fuerte que la primera.