Medvedev se saca el título de Maestro invicto en las ATP Finals
Medvedev brilla en el sprint final del año con su primer título en las ATP Finals tras vencer a Thiem. Es el sexto campeón diferente y el quinto nuevo desde 2015.
El epílogo del campeonato en suelo británico enfrentó al presente del circuito contra el futuro más próximo, duelo paradigmático de lo que podría ser ya el inicio de un cambio de guardia, aunque Nadal y Djokovic siguen con ganas de dar guerra y es una incógnita lo que puede hacer Federer en su regreso, porque su clase es infinita. Pero la edad no perdona y tanto Thiem (27 años) como Medvedev (24) llegaban a la final tras ganar ambos al español y al serbio. Otro dato interesante es el que señala al número cuatro del mundo como el sexto campeón diferente y el quinto nuevo desde 2015, tras Djokovic, que ya había ganado otros cuatro trofeos, Murray, Dimitrov, Zverev y Tsitsipas.
La hora de Medvedev tenía que llegar. Era cuestión de tiempo que un jugador de su tenacidad y con unas aptitudes tenísticas que compensan su estrambótico estilo, comenzara a hacer grandes cosas. En 2019 ganó cuatro títulos, dos de ellos, Cincinnati y Shanghái, de Masters 1.000, y jugó otras cinco finales, las más importante en el US Open, cuando apretó de lo lindo a Nadal. De no haber subsistido el Big Three, su explosión seguramente habría llegado antes. Este año no había sido tan bueno para él, pero su sprint final, con los éxitos en París-Bercy, donde desbancó a Federer del cuarto puesto del ranking, y Londres, donde se ha convertido en el cuarto jugador que gana a los tres primeros del ranking en un mismo torneo desde 1990, le han encumbrado.
Ante Thiem, que le había barrido meses antes precisamente en el major estadounidense, Medvedev hizo un gran partido táctico y técnico. Su estilo no es muy estético, pega la derecha con un movimiento exagerado y su revés a dos manos es raro, pero es un muro, tiene mucha paciencia y se mueve de maravilla pese a medir 1,98. Venía un poco menos fresco al torneo que el austriaco porque disputó y ganó los cinco partidos de París-Bercy mientras que el número tres del mundo se los saltó, aunque este había jugado dos horas más esta semana. En el primer set, sin sensación de dominio y tras levantar dos pelotas de quiebre, Thiem rompió el servicio de su rival y mantuvo después la ventaja. En números, los dos marchaban muy parejos. La segunda manga se la apuntó el moscovita y lo mereció por agresividad (19 golpes ganadores), aunque sufrió mucho en dos juegos con puntos de break en contra. Dominic dejó escapar sus ocasiones y en el desempate no dio raqueta con bola. Y el tercer parcial lo cerró el nuevo maestro con un saque directo tras lograr su primera rotura en su novena oportunidad de break para ponerse con 3-2 y servicio. Su frialdad le ayudó a gestionar el último juego y apenas celebró un triunfo enorme ante un rival mayúsculo. Todo un personaje que dar mucho que hablar.