Medvedev aparta a Nadal del sueño de las ATP Finals

Medvedev venció en tres sets a Nadal, que sacó para ganar el partido en el segundo. El balear es el jugador con más participaciones (10) sin título en las Finals.

Nacho Albarrán
As
Una vez más, y ya van 10, Rafa Nadal no podrá triunfar en las ATP Finals. Este parecía el año bueno, porque llegaba más fresco, con menos carga de partidos y sin aparentes molestias, pero se topó en las semifinales con un rival que ya le había amenazado en dos de sus tres anteriores duelos, Daniil Medvedev, y que lo bordó para eliminar al ganador de 20 Grand Slams (3-6, 7-6 (4) y 6-3 en 2h:35). Rafa es el tenista con más participaciones sin éxito en un torneo que se le atraganta. El ruso pasa del 0-3 de 2019 a ser finalista y peleará por levantar el segundo trofeo para Rusia tras el de Nikolay Davydenko en 2009. Se enfrentará este domingo (19:00, #Vamos) a Dominic Thiem. En el cara a cara están 3-1 a favor del austriaco. Lo que es seguro es que por quinto curso consecutivo habrá un nuevo ganador después de Murray (2016), Dimitrov (2017), Zverev (2018) y Tsitsipas (2019).

Podría decirse que las bolas nuevas le dieron el primer set a Nadal. Eso y su inteligencia para leer el momento del cambio. Medvedev venía de no fallar ni uno de sus 16 primeros saques y la renovación de las pelotas tras el séptimo juego le perjudicó de alguna manera, porque tuvo que jugar siempre con segundos y Rafa lo aprovechó. Break en blanco y servicio para ganar la manga. Hasta entonces, el español había sufrido por todo lo contrario que el moscovita. No acertaba con sus primeros. Tuvo el mérito de levantar tres puntos de quiebre para poner el 2-1 en el marcador y después sufrió, pero sacó adelante sus turnos. Obtuvo un rédito máximo de una situación y un tenis que no le favorecían. El revés cortado fue su mejor arma ante un jugador muy alto (1,98).

No iba a ser fácil repetir éxito si el servicio no acompañaba. Y Nadal subió sus porcentajes. Sin embargo, en un juego tonto encajó un break por una doble falta. Luego debía remar a contracorriente y Medvedev no fallaba. De hecho, rozó el doble break, pero el de Manacor salvó los muebles con dos buenos servicios y buscó otra oportunidad al resto con sutiles bloqueos. De camino sentó a Daniil, literalmente, con otro cortadito y consumó la rotura con un estupendo passing de drive. Otra vez ganancia con bolas nuevas en un río que venía revuelto. Genialidad. El ruso, impasible casi siempre, quedó algo trastornado y volvió a perder su saque con un globo ejecutado a dos manos y con maestría por Nadal. Y cuando menos se esperaba, falló el número dos del mundo y cedió su siguiente servicio en blanco. Había hecho lo más difícil, ganarle dos restos seguidos a un tenista tan seguro en sus turnos y no lo aprovechó. Se llegó al desempate, una suerte en la que no anda fino este año el balear (8/8) y con habilidad y algo de suerte se lo apuntó Medvedev. Quizá, en el fondo, lo merecía.

El tercer set se presentaba imprevisible con las bolas botando muy a menudo sobre las líneas. Así de ajustado estaba todo. En el primer juego, Nadal tuvo que levantar un punto de break. El tenis decayó por la fatiga y con ella vinieron los errores. Aún así a ambos les quedaban lujos que mostrar. Rafa se topó con otras tres bolas de quiebre con 3-3 y no pudo con la última. El alargue del partido, en esta ocasión perjudicó claramente a Nadal. Ya no consiguió frenar al gigante de Moscú. Su último golpe se quedó en la red, como la posibilidad de alcanzar la gloria en el Masters. Esa la tiene más cerca ahora Medvedev.

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