Maradona pudo jugar en el Celta
El club vigués necesitaba un atacante en el verano de 1977 para volver a Primera. Le ofrecieron al Pelusa (16 años) y a Nani (26) y se decantaron por el segundo.
El Celta acababa de firmar un dramático descenso a Segunda en la última jornada la temporada anterior, algo que también pudo influir a la hora de tomar una decisión tan importante. Los vigueses buscaban un atacante para la configuración de su plantilla en Segunda, con el fin de lograr el inmediato ascenso a la máxima categoría. Entonces, un contacto argentino le ofreció dos opciones: una promesa de 16 años que había debutado unos meses antes en la Primera argentina o un goleador contrastado. El primero, Diego Armando Maradona. El segundo, Juan Carlos Nani. El debate ya estaba planteado.
Las discusiones en los despachos de Balaídos fueron intensas durante esos días. Por un lado, la ilusión de apostar por un joven futbolista que empezaba a maravillar a Argentina y cuyas referencias eran extraordinarias. En el otro lado de la balanza, un jugador consagrado, con experiencia en equipos como Boca o Lanús. Y todo esto en un contexto de presión social después de un descenso. Errar en el fichaje del delantero podía ser dramático.
Aquella temporada el Celta logró el ascenso a Primera, pero el disgusto entre los directivos por no aprovechar la oportunidad de fichar a Maradona perduró toda la vida. Este 23 de noviembre se cumplen 28 años de la única visita del Pelusa a Balaídos. Lo hizo con el Sevilla y marcó un golazo de falta en la victoria hispalense (1-2) ante un Celta que acabó con siete jugadores después de cuatro expulsiones. La historia pudo cambiar quince años antes, con Diego de celeste en el estadio vigués. Pero el Celta decidió... descartar a Maradona.