La estrategia del gran virólogo alemán para frenar una tercera ola

Christian Drosten, reputado virólogo alemán, considera necesario un cambio de estrategia a la hora de detectar los brotes de coronavirus.

Raúl Izquierdo
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Christian Drosten es uno de los virólogos más reputados de Europa. El alemán, desde el inicio de la pandemia, ha ido apareciendo paulatinamente en los medios ofreciendo consejos y recomendaciones de cómo actuar para evitar contagios. Alemania, después de poder controlar la primera ola del virus, está sufriendo la segunda de una forma más grave. En las últimas tres semanas ha visto como se registraban máximos de contagios, muy por encima de los primeros meses de pandemia.

Así, el experto ha explicado una situación que se empieza a complicar en los hospitales alemanes. La Charité, la clínica universitaria más grande de Europa, con cerca de 400 camas UCI, empieza a llenarse. "La semana pasada fue de 80 y la semana anterior alrededor de 40. La semana que viene, si las cosas siguen así, estaremos en el rango de 300 pacientes", señala Drosten. El número de pacientes en cuidados intensivos se duplica cada diez días.

Ante tal situación, Dorsten considera que podría llegar el caso de "entrar en una situación de triaje. Esto es, en la UCI, considerar si salvar al padre de familia de 35 años o lidiar con un paciente anciano".

Cambio en la estrategia

Según considera el virólogo, en su país no será suficiente con las últimas medidas aprobadas, que incluyen el cierre de bares, restaurantes, cines, teatros y gimnasios durante cuatro semanas. Y, por ello, pide a las autoridades sanitarias un cambio en la estrategia para los meses de mayor frío.

Ahora, con el elevado número de contagios en prácticamente todos los países de Europa, se hace muy complicado rastrear todas las cadenas de infección. Así, aboga por rastrear el origen directo de la infección en lugar de aquellas personas que hayan tenido contacto con una persona contagiada.

De esta forma se busca encontrar posibles grupos o nidos de casos, como los denomina. Según Drosten, alrededor del 20% de las personas infectadas son responsables del 80% de la propagación. Son los conocidos como supercontagiadores. El resto de casos, asegura, no afectan a nadie a solo a algunas personas.

Diario de contactos

Para el experto, el hecho de tener una prueba positiva significaría que la infección tuvo lugar diez días antes. Como una persona es más contagioso antes del inicio de los síntomas y algunos días después, Drosten asegura que bastaría con aislar a los pacientes porque ya es difícil que sean contagiosos. Para el experto, en el caso de encontrar algún contagio entre los contactos, no son relevantes para el curso de la infección.

El virólogo afirma que lo realmente importante es encontrar el foco. Y, después, poner en cuarentena a todos los involucrados sin perder el tiempo en realizar pruebas. En aquellos especialmente grandes, asegura que es probable que no solo se inicien varias cadenas de infección, sino que además haya nuevos supercontagiadores. Por tanto, para poder identificar estos nidos de casos, propone la idea de llevar un diario de contactos en el que anotar las situaciones potencialmente críticas. "¿Quién podría recordar dónde estaba hace diez días?". Una idea que, por otra parte, ya expuso el pasado mes de agosto

Sin embargo, Drosten recuerda la dificultad en el cambio de paradigma de la salud pública, pues hay "obstáculos legales". No hay una base legal para poner en cuarentena a personas sospechosas de poder estar infectadas.

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