Joe Biden expandió su ventaja en Pensilvania y Georgia, pero se demora la definición
Luego de dar vuelta la distancia que le llevaba Donald Trump en ambos estados, el candidato demócrata continuó consolidando la diferencia. No obstante, considerando que ya se anunció un recuento en el estado sureño, Pensilvania se ha convertido en su mejor esperanza para proclamar su victoria en las próximas horas
Pensilvania, la máxima obsesión del Partido Demócrata, pasó al campo de Biden este viernes a la mañana. Trump, que llegó a tener una ventaja de más de diez puntos, quedó por debajo de su rival tras el avance del procesamiento de los votos por correo. El ex vicepresidente lidera por 49,5% a 49,4%, faltando alrededor del 2% de los sufragios por contar. El jueves a la noche, Donald Trump se imponía por 50.000 votos de diferencia, pero ahora lidera Biden por 5.594.
Los demócratas tenían una idea fija desde el comienzo de la campaña electoral: reconstruir el “muro azul”, como se conoce a los estados en los que el partido ganó casi sin excepciones las elecciones presidenciales durante décadas. Tres ladrillos se cayeron de ese muro en 2016: Wisconsin, Michigan y Pensilvania. Tan segura estaba Hillary Clinton de que ganaba en los tres estados del Medio Oeste —como mostraba el promedio de las encuestas—, que ni se molestó en hacer campaña en ellos. Pero, para sorpresa de todos, Trump se impuso en el trío por un margen inferior al punto porcentual. Si hubiera ganado los 46 electores que reparten, Clinton habría sido presidenta.
Por eso, Biden se propuso retener los 21 estados en los que ganó la ex secretaria de Estado y recuperar aquellos tres. Con ese objetivo en mente, los visitó en varias oportunidades y cerró la campaña en Pensilvania, que es el que ofrece más electores (20). Por otro lado, es el estado en el que nació, en la ciudad de Scranton. Si bien vive en Delaware, siempre se proclamó como hijo predilecto del estado y decía ser el “tercer senador” de Pensilvania cuando representaba al vecino.
El recuento empezó muy mal para el candidato demócrata, con ventajas de Trump en los tres, que lo hicieron temer una repetición de la historia de 2016. Sin embargo, a medida que empezaron a pasar las horas y las autoridades fueron contando los votos por correo, el panorama cambió. Durante la madrugada, Biden pasó al frente en Wisconsin y se confirmó su triunfo por 49,6% a 48,9 por ciento. El miércoles a la mañana, se sumó Michigan, con un margen mucho más holgado del que parecía posible un día antes: 50,6% a 47,9 por ciento.
Este viernes, tras una larga noche en la que no dejaron de contarse los votos, Biden también pasó al frente en Georgia, un estado históricamente republicano, en el que Trump llevaba la delantera desde el martes. Con el 99% del escrutinio completo, el candidato demócrata se impone por 2.455.452 votos a 2.451.212. En términos porcentuales, la diferencia continúa siendo de 0,08%. Como no hay posibilidades matemáticas de que la cifra supere el 0,5%, las autoridades ya anunciaron que realizarán un recuento en el estado.
Una de las razones por las que el recuento se demoró tanto en Pensilvania es que los funcionarios electorales no están autorizados a procesar boletas por correo hasta el día de las elecciones. Es una forma de votación que se ha inclinado mucho a favor de Biden después de que Trump pasara meses afirmando sin pruebas que llevaría a un fraude electoral generalizado. Las boletas de correo de todo el estado se volcaron abrumadoramente en dirección a Biden.
De todos modos, existe la posibilidad de que la carrera no se decida hasta dentro de unos días. Si hay menos de medio punto porcentual de diferencia entre el total de votos de Biden y Trump, la ley estatal dicta que se debe hacer un recuento.
Mientras tanto, otros dos estados están aún en pleno conteo y con diferencia a favor del demócrata: esta es la diferencia en cada uno de los cuatro.