Iker Casillas revela cómo vivió el infarto que le cambió la vida
Más de un año después, el portero de palmarés interminable (un Mundial y dos Eurocopas con la selección española, 19 títulos con el Real Madrid y otros cuatro con el Oporto), se vio obligado a cambiar drásticamente su ritmo vital y colgar los guantes a sus 39 años.
Ese día no hubo ni homenajes ni ruedas de prensa. Casillas, reacio a las grandes despedidas, optó por recurrir a sus redes sociales. “Lo importante es el camino que recorres y la gente que te acompaña, no el destino al que te lleva. Creo que puedo decir, sin dudar, que ha sido el camino y el destino soñado”.
Sus primeras palabras en el hospital
Doctor, si tarda un poco más me da un infarto”
Asimilado todo lo sucedido, Casillas ha dado un paso más en su recuperación y estabilidad compartiendo por primera vez su experiencia, sus temores y también sus consejos. Desahogarse le ayuda a avanzar. “A mí me aportó mucho tener a gente al lado que había pasado por lo mismo. Y creo es positivo compartirlo. Si me llega a pasar en la calle o en casa, no lo estaría contando”.
Casillas tiene muy claro que la prevención y las pruebas médicas son claves para evitar los infartos. “Cuando te ocurre algo así, abres los ojos y comprendes la importancia que tiene cuidar y analizar tu corazón con regularidad. Voy a ser sincero. Cuando yo era pequeño las pruebas de esfuerzo eran poco recurrentes. Te las hacían cada tres o cuatro años. Ahora veo que eran escasas viendo la cantidad de partidos que se juegan en diferentes deportes”, recalcó, antes de pedir que los clubs “deberían llevar a cabo más pruebas para ver cómo llevas la temporada, especialmente en el tramo final, que es cuando normalmente se deciden los títulos”.
Tras el infarto
No podía andar ni 100 metros seguidos porque tenía la sensación de que me estaba ahogando”
Casillas y su familia llevan en Oporto una vida tranquila, slow life, como le gusta decir a su mujer Sara Carbonero. Cambiar la adrenalina de la competición por la serenidad fue una de las claves a las que tuvo que acostumbrarse todo el núcleo familiar. “Fue un cambio radical. Yo pasé a vivir con miedo. No podía andar ni 100 metros seguidos porque tenía la sensación de que me estaba ahogando”, explicó Casillas escenificando sus palabras con la mano izquierda colocada en su nuez.
A parte de su familia, Casillas contó con el apoyo de un equipo de cardiólogos. Entre ellos, el doctor Filipe Macedo. “A los pocos meses Filipe me tuvo que decir que no me iba a morir, que debía tener cuidado con la alimentación y que dependía de mí sentar las bases y estar bien”.
Seis meses después empezó a mejorar y ahora en su día a día no faltan el pádel, el running ni las salidas en bicicleta . “No me encuentro como antes, pero con el paso del tiempo he ganado mucha confianza ”, confesó antes de concluir entre aplausos telemáticos que “vivir con cierta tranquilidad depende de nosotros. Debemos cuidarnos”.