Grosjean no se salvó por un milagro: "Todo funcionó"
Se espera que salga del hospital este martes con quemaduras en las manos pero sin fracturas. Todos los eslabones de la cadena "hicieron su parte" dice Masi.
En cuanto al francés, resuenan todavía los ecos de su fortísimo golpe, con el Haas VF20 partido en dos, y posterior incendio, que le retuvo durante 28 segundos en una bola de fuego antes de abandonar el cockpit por su propio pie, y se ayudado por los comisarios, bomberos, o el doctor Ian Roberts. La primera reacción es hablar de milagro, nadie está preparado para presenciar un accidente como este ni espera ver a un piloto de Fórmula 1 resurgir entre las llamas. La segunda, con los datos en la mesa, es de alivio: todos los engranajes de la cadena hicieron su parte.
"Fue una consecuencia de la seguridad que persigue la FIA"
Michael Masi, director de carrera de la FIA, explica a un reducido grupo de medios presentes en Sakhir, entre ellos AS: "Atravesó la valla, pero no es una sorpresa por la cantidad de energía que había (impactó a 221 kilómetros por hora y deceleró asumiendo una fuerza de 56 G)". ¿Fue un buen día? "Fue una consecuencia de la seguridad que persiguen la FIA y los equipos en todas las áreas. Sabemos que esto puede suceder y hay procesos en marcha. La célula de supervivencia resistió en el monocasco y el piloto salió, el doctor Roberts (del coche médico), los comisarios y bomberos acudiendo tan rápido. Todo funcionó como debía funcionar. Crédito para ellos".
Se refiere Masi a la sucesión de elementos y acontecimientos que salvaron la vida de Grosjean. Por un lado, los dispositivos de seguridad del monoplaza: una célula de supervivencia fabricada en fibra de carbono y aluminio que debe pasar cada año test de choque supervisados por los comisarios, que engloba exclusivamente el habitáculo del piloto. Y por supuesto, el Halo, la pieza de titanio flexible que resiste el equivalente a 12 toneladas y que evitó que el guardarraíl golpease o cortase la cabeza del francés, de 34 años. Por parte del piloto, la ropa ignífuga le protege durante más de medio minuto a 850ºC y estingue por sí sola las llamas en un periodo inferior de tiempo. Además, Romain no perdió el conocimiento y salió tan rápido como pudo.
También influyó la rapidísima intervención del resto de agentes: en pocos segundos había al menos dos bomberos extinguiendo llamas, condición indispensable para que el resto de comisarios pueda actuar. Y no tardaron más los integrantes del coche médico, el doctor Ian Roberts y el piloto Alan van der Merwe. "Parecía un horno, rojo, con llamas, y se le veía salir poco a poco. Los bomberos pronto empezaron a trabajar y aliviaron el fuego lo suficiente para que Romain pasase la barrera. La ventana es muy pequeña, porque sabíamos las llamas volverían después", explica Roberts. Según las primeras exploraciones, tanto el tanque de combustible como las baterías se rompieron, así se inició el incendio.
"No estamos aquí para los accidentes fáciles, nueve de cada diez lo son y se puede sobrevivir sin problemas. Pero cada varios años presenciamos uno de los que excede esos parámetros y por eso estamos aquí, para llegar cinco segundos antes". "Y con cinco segundos de retraso, esta podría ser otra conversación", explica Van Der Merwe
La FIA inicia una minuciosa investigación
Con todo, el australiano Michael Masi, que sucedió al garante de la introducción del Halo en 2018, Charlie Whiting, evita titulares fáciles: "No quiero especular, ya está en marcha una investigación del departamento de seguridad de la FIA, basado en Ginebra, que analizará absolutamente todos los aspectos. Hay ingenieros que revisarán todo para saber qué sucedió y qué se puede mejorar". "Llevará semanas, meses", concluye.