El país que advierte de "meses de restricciones y privaciones"

El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, apela al "esfuerzo nacional" para combatir la pandemia y señala "la drástica reducción del contacto" como única solución.

Ana Beatriz Micó
AS
El pasado miércoles 28 de octubre, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció nuevas medidas en el país después de registrar cifras de contagios diarios peores a las de la primera ola. Estas restricciones entraron en vigor la pasada medianoche y permanecerán durante todo el mes de noviembre, aunque hay quien piensa que se alargarán. Según ha avisado Jens Spahn, ministro federal de Salud, en la televisión pública ZDF, a los alemanes les esperan “meses de restricciones y privaciones”. Porque, aunque la actividad es reanude en diciembre, “nadie puede descartar que en algún momento vuelva a suceder” un nuevo confinamiento.

Spahn, que se contagió hace un tiempo, aunque afirma estar bien y sin síntomas desde hace días, advierte de que el mundo se encuentra en una situación excepcional “este siglo” debido a la pandemia, por lo que se necesita “un esfuerzo nacional” para superarla. Si bien el ministro es consciente de que “esto es realmente duro”, considera que la drástica reducción de los contactos es la única manera posible de desacelerar la propagación del virus y recuperar el control de la epidemia. “De todos nosotros depende” que las cifras de contagios no vuelvan a subir tras el cierre parcial dictado por el gobierno federal y los 16 estados federados, señaló el ministro antes de advertir que el final de las restricciones no significará que “todos podemos irnos de nuevo de fiesta”, sino que habrá que seguir teniendo “especial cuidado en nuestra vida diaria”.

No obstante, el ministro también destacó una ventaja que tienen ahora los gobiernos con respecto a la primera ola para que la situación no sea tan devastadora: “Sabemos más en noviembre de lo que sabíamos en marzo. Podemos lidiar mejor con este virus cada mes. Aún no hemos llegado a ese punto, en lo que respecta a lidiar con el virus, pero aprendemos cosas nuevas todos los días”.

¿Qué medidas hay en Alemania?

Entre las medidas decretadas por el gobierno destacan el cierre hasta final de mes de cines, teatros, gimnasios, piscinas, centros de belleza, excepto peluquerías, y estudios de tatuaje, entre otros. Asimismo, los bares, restaurantes y discotecas permanecerán cerrados, salvo el servicio de comida para llevar. Estas severas restricciones han provocado el enfado de los sectores de la hostelería y la cultura, pero el titular de Sanidad se defendió de las críticas afirmando que ni el mejor concepto de higiene reduce el riesgo completamente, por lo que es necesario la paralización de las actividades.

Por otra parte, con el fin de evitar lo máximo posible la movilidad, los hoteles sólo podrán hospedar a quienes viajen por fuerza mayor. Se prohíben expresamente los desplazamientos turísticos nacionales y se desaconsejan las visitas a familiares e incluso excursiones durante el día. Además, se limitan al mínimo los contactos, de forma que las reuniones en público solo serán posibles con un máximo de 10 personas que convivan en hasta dos hogares.

En cambio, los colegios permanecerán abiertos. La ministra alemana de Familia, Franziska Giffey, ha insistido en que las escuelas y guarderías es lo último que debe cerrarse: “Los colegios están mucho mejor preparados para algunas situaciones que en marzo provocaban desconcierto”. Para apoyar su teoría, explicó que, de los más de 30.000 colegios y 56.000 guarderías, solo han cerrado provisionalmente cerca de 200 tras detectarse brotes infecciosos entre los alumnos o el personal docente.

Aumentarán los casos graves

Alemania ha registrado 12.097 nuevos contagios en las últimas 24 horas, tras el último máximo de 19.059 el sábado, lo que se atribuye al hecho de que no todos los estados federados comunican sus datos el fin de semana. Durante la última jornada también se han notificado 49 muertes por coronavirus, según datos del Instituto Robert Koch. Alrededor de 355.900 personas se han recuperado de la enfermedad y que hay actualmente unos 166.500 casos activos.

Por su parte, el número de pacientes con COVID-19 en las unidades de cuidados intensivos sigue aumentando y el domingo ascendía a 2.061, casi el triple que los 769 solo dos semanas antes, y de los cuales 1.086 reciben respiración asistida, según datos de la Asociación Interdisciplinar Alemana de Cuidados Intensivos y Medicina de Urgencia (DIVI) actualizados ese día.

El presidente de la Sociedad Alemana de Hospitales, Gerald Gass, vaticina en Bild que la cifra de pacientes graves seguirá creciendo durante las próximas semanas: “En dos o tres semanas el número de pacientes en cuidados intensivos superará las marcas de abril y eso es algo que ya no podemos evitar”. De hecho, desvela, ya ha comenzado a trasladar personal de otras plantas a las unidades de cuidados intensivos, lo que “no es para nada óptimo, pero sí justificable en una situación de excepción como esta”.

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