El Cádiz regala y el tridente del Atlético golea

El Atlético vivió una noche muy plácida ante un Cádiz que ofreció muchas facilidades en defensa. Marcaron Llorente, João Félix y Luis Suárez.

F.J.Díaz
As
El Cádiz no hizo gala de la fama de la que venía precedido, regaló dos goles al poco de empezar y no ofreció resistencia en el Wanda Metropolitano. El Atlético aprovechó los regalos y vivió una noche tranquila. Marcaron los componentes de su tridente mágico y los de Simeone se divirtieron. El club gaditano no había encajado ningún gol en sus cuatro partidos como visitante. Y jugó ante rivales complicados: Huesca, Athletic, Real Madrid y Eibar.


Cero tantos encajados en esos partidos. En el Wanda Metropolitano recibió dos tantos en poco más de veinte minutos. Y no fueron goles propiciados por grandes jugadas del Atlético. Todo lo contrario: fueron regalos del conjunto gaditano. El primero por una falta de comunicación entre Fali y su portero, Ledesma. El balón quedó suelto y Llorente fue muy generoso al mandar el balón al segundo palo para que João Félix marcara de cabeza. Pocos minutos después fue Álex el que pecó de blando delante de Marcos Llorente en el área. Y el rojiblanco, voraz como pocos, hizo el 2-0. Llorente chutó delante del cancerbero, que pudo hacer más, y el Atlético tuvo el encuentro encarrilado casi al empezar. Regalarle un gol al equipo madrileño es apelar a la épica. Hacerlo dos veces es suicidarse.

Al contrario que en otros partidos, como Pamplona o Moscú, el Atlético tuvo dos ocasiones y marcó dos goles. Los rojiblancos, mientras tanto, no se equivocaron. Si en el área cadista todo fueron facilidades, en la de Oblak, Giménez estuvo expeditivo en más de una ocasión. El Atlético empezó a gustarse con el 2-0 y el equipo rojiblanco jugó poco menos que a placer, triangulando, sin prisas, esperando algún otro nuevo error del rival. Se trataba de no cometer fallos en la transición que pudieran propiciar contragolpes peligrosos del rival. El Cádiz, con defensa de cinco, esperó al Atleti, cuyas posesiones parecieron eternas. Si el conjunto gaditanto no exponía, mucho menos lo iba a hacer el equipo de Simeone.

La cara de Cervera, técnico cadista, era un poema. En cuarenta y cinco minutos fatales su equipo se había mostrado muy endeble. Nada de las señas de identidad que le han hecho ser un equipo temible en este inicio de campeonato.

El Cádiz quiso cambiar la dinámica del partido tras el descanso. Ya no podía esperar atrás y realizó presión arriba, en la salida de balón de los de Simeone. Cervera quitó a los dos laterales y el equipo quiso ser otro, aún a riesgo de conceder alguna ocasión clara del Atlético. La encontró Luis Suárez, en una combinación con João Félix. Cuando ellos dos se juntan cerca del área hay muchas opciones de que pase lo que sucedió pocos minutos después del descanso. El urugayo remató a la red con una facilidad pasmosa, con tranquilidad.

Estaba claro que no era el día del Cádiz. Pocos partidos habrá tenido el Atlético tan plácidos como éste, precisamente el que menos esperaba de todos. Con el 3-0 el Cholo pensó que había que pensar en futuros compromisos. Quitó a Marcos Llorente, quien vive días de felicidad absoluta. Luego se fue Herrera, quien poco a poco va a más y se va ganando a Simeone. El mexicano es otro, con fe, con ganas, con personalidad... Y debutó Kondogbia, quien ahora no tiene peso en el equipo, aunque irá adquiriendo protagonismo conforme pasen los partidos. El colofón del partido lo puso João Félix con un nuevo gol a pase de Correa .El Atlético llega al parón tranquilo, marcando goles y acostándose como líder junto a la Real Sociedad. El Cádiz lamentará sus regalos y la imagen ofrecida. Aunque eso no empaña su gran inicio liguero. 

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