El Brexit, un acuerdo prácticamente cerrado
Aunque desde Londres prima la prudencia, el visto bueno de Irlanda y las voces optimistas provenientes de Bruselas dan la pauta del acercamiento de las posiciones
Son especulaciones, y así lo explican los expertos europeos, pero la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca acelera la estrategia británica para no quedar aislada con la salida de Donald Trump.
Fundamentalmente la llave del entendimiento es que Francia cedió intenciones de pesca en aguas del Reino Unido, las cuales se reducirán una vez que finalice el período de transición a finales de diciembre.
Las dudas, vinculadas a “zonas de aterrizaje”, como las llamara el líder irlandés, se han despejado con compromisos también en la ley de subsidios.
El negociador principal de los europeos, Michel Barnier, llamó a los ministros de Relaciones Exteriores a una reunión el viernes en la que se espera que les ofrezca detalles de los avances hasta el momento. Para los funcionarios involucrados esta reunión es la antesala del acuerdo.
Irlanda, el país más presionado por una salida del Reino Unido sin acuerdo, habría logrado el respeto del principio de “cero tarifas” que están diseñando con los negociadores de Bruselas.
El primer ministro británico, Boris Johnson, se ha mostrado hasta ahora contrario en muchos aspectos de las conversaciones con los europeos. Sin embargo Martin manifiesto “tener la sensación de que en el fondo de su instinto ve que un acuerdo tendría sentido”
Pese a las voces optimistas, desde Londres predomina la prudencia. Las fuentes consultadas sostienen que aunque la semana próxima haya un anuncio, es poco probable que se firme para entonces. Boris Johnson le adelantó a su gabinete que las conversaciones comerciales aún podrían fracasar y que estaba “lejos de ser seguro”.
Del lado francés, el presidente Emmanuel Macron aceptó que su país ceda posibilidades de pesca una vez que el Reino Unido tenga total disponibilidad del control de sus aguas, aguardando, no obstante, que las naciones socias europeas tengan una nueva cuota de reparto para suavizar el golpe por la dependencia británica. Pero los plazos para los acuerdos es algo de lo que aún no está claro.
Finalmente, los conservadores, socios políticos de Johnson, amenazaron con romper si el primer ministro se “vende” al permitir que la UE tenga algo que decir sobre las leyes británicas en el futuro.
Si las condiciones permiten dar los detalles en la reunión de ministros el próximo viernes, técnicamente podría anunciarse el lunes. Luego deberá buscarse la aprobación de los líderes europeos en un encuentro, probablemente el 10 de diciembre y, por último, la intervención del Parlamento Europeo.