Cómo funciona la operación cibernética del Reino Unido para contrarrestar la propaganda antivacunas impulsada por Rusia
El gobierno británico considera que abordar la información falsa sobre la inoculación adquiere cada vez más prioridad a medida que se acerca el anuncio de un inoculante confiable y eficaz contra el COVID-19
El gobierno británico considera que abordar la información falsa sobre la inoculación es prioritario a medida que se acerca el anuncio de una vacuna confiable y eficaz contra el coronavirus, de acuerdo a un informe del diario británico The Times. Según una fuente del gobierno citada por el diario británico, la misión a cargo del GCHQ, uno de los tres servicios de inteligencia del Reino Unido, es eliminar la desinformación que promueva el escepticismo tanto en las redes sociales como el resto de internet.
Ben Wallace, el secretario de Defensa del Reino Unido, ha responsabilizado a Rusia por el montaje de campañas de desinformación durante la pandemia.
El mes pasado, otra investigación del Times descubrió una campaña rusa de desinformación diseñada para difundir temores infundados sobre la vacuna desarrollada por el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford. Imágenes, memes y videoclips mostraban que la vacuna era capaz de convertir a las personas en monos, considerando que el inoculante usa un virus de chimpancé como vector.
Sitios rusos que impulsan campañas de desinformación
En informe del centro de participación global del Departamento de Estado de los Estados Unidos ha identificado tres sitios web alineados con el Kremlin que promueven información falsa sobre las vacunas contra el coronavirus.
Uno de ellos es South Front Un.El sitio, que asegura especializarse en cuestiones militares y de seguridad, publicó en marzo un artículo titulado: “La lucha por una cura: una gigantesca estafa farmacéutica occidental”. Sugirió que las vacunas eran innecesarias y se promovían solo con fines de lucro. En otros artículos se difundió la falsa idea de que las vacunas podrían contener “un agente debilitante del cerebro o un gen que hace que las mujeres sean infértiles”.
News Front, otro sitio web que dice proporcionar una “fuente alternativa de información” para el público occidental, publicó en marzo un artículo propio en el que afirmaba que las vacunas contra el covid-19 eran un fraude encabezado por Bill Gates y los ¨grandes laboratorios". Afirmaba que sería ¨una cuestión de suerte" para los pacientes que se vacunaran debido a que se desconocía qué sustancias se les inyectaba.
El tercer sitio es Geopolítica.ru, una plataforma ultranacionalista rusa que buscó instalar la idea que las vacunas eran un complot de Bill Gates y Microsoft para controlar a los humanos mediante la inserción de microchips.
Obstáculos
Las tácticas de monitoreo de los ciberagentes británicos se centran en eliminar el contenido hostil e interrumpir las operaciones de los ciberactores responsables, incluido el cifrado de sus datos y el bloqueo de las comunicaciones entre ellos.
Una fuente del Times enfatizó que el GCHQ pudo obtener permiso solo para abordar la desinformación originada en adversarios estatales de Gran Bretaña. En el país no está legalmente permitido interrumpir el contenido online efectuado por ciudadanos comunes, aunque su contenido sea infundado, ya que atentaría contra el principio de libertad de expresión.
Manejar las amenazas de naciones hostiles es una de las misiones centrales de GCHQ. Pero, la facilidad con la que puede abordar la desinformación impulsada por diferentes estados varía según la ubicación geográfica de los servidores en los que se basa ese contenido. Se entiende que Gran Bretaña no puede atacar sitios web con sede en los Estados Unidos o en las otras naciones del grupo de países aliados conocido ¨Five Eyes¨, que incluyen a Australia, Canadá y Nueva Zelanda. En esos casos debe ceder el control de la situación a las agencias de esos países.
Otra opción abierta a los funcionarios británicos es ponerse en contacto directamente con los servidores y las plataformas de redes sociales para informarles que están albergando propaganda estatal hostil. Sin embargo, los sólidos derechos de libertad de expresión en los Estados Unidos hacen que sea difícil obligar a las empresas a actuar.
¨El problema real es lo que se hace con las plataformas de redes sociales", dijo una fuente de seguridad británica al Times. “Todo lo que está ahí fuera legítimamente es mucho más difícil de controlar en Occidente por una cuestión de libertades civiles”.
El papel del Ejército en la guerra de información
Además de los esfuerzos del GCHQ, una unidad secreta del ejército especializada en la guerra de información está involucrada en contrarrestar las narrativas falsas sobre el coronavirus.
El General Nick Carter, jefe del estado mayor de defensa, ha confirmado públicamente que la Brigada 77 está “ayudando a sofocar y contrarrestar la desinformación”. La unidad con sede en Berkshire, establecida en el 2015, ha estado trabajando con un equipo de respuesta rápida con base en la Oficina del Gabinete para abordar narrativas dañinas, incluidas curas falsas y teorías conspirativas sobre la fuente del virus.
Rusia fue acusada este verano por Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá de intentar piratear la investigación de la vacuna contra el coronavirus en Gran Bretaña. Los esfuerzos fueron identificados por el Centro Nacional de Seguridad Cibernética, una división operativa de GCHQ, que había erigido preventivamente un escudo digital alrededor de los laboratorios farmacéuticos e instituciones de investigación británicos. El gobierno ruso negó la acusación.
Además, ministros británicos han declarado que es “casi seguro” que los rusos intentaron influir en las elecciones generales del año pasado ampliando documentos online “adquiridos ilícitamente” sobre las conversaciones comerciales entre el Reino Unido y Estados Unidos.
Por su parte, el GCHQ, consultado por el diario británico, se negó a confirmar o negar su participación en la operación cibernética contra la desinformación sobre de las vacunas.