Camp... chatka: así se reorganiza el mapa político del fútbol

La localía de River, una partida de prueba del juego de mesa (chica) de AFA-Liga por el reparto del dinero de la TV. Cada cual marcó su lugar. A tirar los dados...

Olé

Liga ataca Camp (chatka). Se planta. River tira los dados. Redobla. Pide que Tapia se expida, que concrete de una vez su tácito respaldo político. Pero Chiqui deja pasar el turno, espera a que el resto se reorganice. Y, entonces, avala un comunicado pero sin firmarlo: Ezeiza ya no corre. Aunque la AFA lo quiera, habrá que buscar otro estadio. Y es Independiente...


El TER es así. Táctica y estrategia de rosca. Un juego de mesa (chica), deporte nacional de los señores de traje. Las fichas, allí, se reorganizan. Los límites políticos del mapa se corren: un día se acercan a Núñez y a La Boca, al otro se alejan. Y así. El River Camp fue, acaso, sólo una ronda. Es, a fin de cuentas, otro el interés que reúne a todos los implicados: el dinero que se reparte por la TV.

Este no conforma a River y a Boca, a los que el resto de los clubes de Primera acusan de querer modificar la distribución, hoy dividida en un 50% en partes iguales, otro 25% por mérito deportivo y el último 25%, por rating. Asimismo, el reclamo que motivó la disolución judicializada con Fox Sports fue la necesidad de un incremento.

“Tiene que ser tres veces mayor”, dijo Nicolás Russo en TyC Sports. La mirada del presidente de Lanús es la misma que la de muchos clubes y debe leerse entre líneas. Como su solicitud de una “excepción” al Camp en pleno fragor de la discusión. El es un portavoz de la opinión de la AFA.

Tapia, en su territorio, busca el equilibrio entre partes, difícil en un ambiente habitualmente ciclotímico. Por eso respaldó a D’Onofrio, invitándolo junto a Ameal a su despacho del tercer piso de Viamonte: una foto política de peso que sirvió de mensaje para la LPF, órgano ya no independiente como la antigua SAF. El que manda es Chiqui. Y aunque haya escuchado de local a River y a Boca, “un mimo” según lo definió Russo, él decide.

Pero la Liga este fin de semana, sin llegar a desafiar a Tapia, también exhibió su poderío: de postura firme, reglamento en mano, respecto del Camp-gate, a través de sus comunicados mostró una fortaleza necesaria para que la mayor presencia de Ameal y D’Onofrio en la AFA no los termine desplazando políticamente justo después de que Olé dejara trascender que existe la idea de disolver el doble comando.

Fue, Tinelli, uno de los que tomó la determinación frustrada de romper con Fox Sports. Ahora es tiempo de llegar a un acuerdo para que el canal que ahora es propiedad de Disney retenga los derechos pero no sin mejorar los cánones estipulados a nivel internacional que quedaron desfasados con la devaluación. El Camp fue la excusa perfecta para que todos se sentaran en la mesa chica y mostraran de qué lado están. El TER sigue: la próxima partida será por la TV.


Entradas populares