Camavinga pase lo que pase
El francés atraviesa un bache y eso favorece los intereses del Madrid para ficharle, sin tanto ruido mediático. El club blanco sí confía en él.
Después de un inicio de temporada atronador, en el que el Rennes se clasificó para jugar la Champions en la fase previa, el equipo del norte de Francia sólo ha podido ganar uno de los últimos siete partidos disputados entre todas las competiciones. Es el joven Camavinga el que ha salido fundamentalmente perjudicado por esta situación. Por primera vez, se le cuestiona. Y el entrenador Julien Stéphan ha necesitado buscar sangre nueva para el centro del campo, un revulsivo que ha encontrado en el talentoso Adrien Truffert, de 18 años, que está eclipsando al propio Camavinga (aunque no es un mediocentro tan específico como el jugador pretendido por el Madrid).
No está con Francia.
“Otros jugadores han vivido una selección sin futuro. Para él, no tengo muchas dudas de que mañana tendrá mucho”, aseguró Didier Deschamps de Camavinga cuando debutó con Francia, batiendo todos los récords, con sólo 17 años. Sin embargo, para este último parón por el Virus FIFA Camavinga no ha estado disponible por una pequeña lesión muscular, algo que también ha cortado su progresión en el Rennes. El partido de Champions ante el Krasnodar fue un punto de inflexión para el mediocentro, que jugó uno de los peores encuentros que se le recuerden. Luego, causó baja ante el Sevilla por esa inoportuna lesión. Y comienzan a surgir las dudas.
En el Madrid, sin embargo, hay seguridad de que se trata de uno de los centrocampistas del futuro. Otra cosa es que la operación para ficharlo, más aún con la crisis actual, sea económicamente viable. Camavinga tiene contrato con el Rennes hasta 2022, el verano que viene entra en su última temporada y podría salir a un precio razonable que se estima entre los 40 y 50 millones de euros.