Peligrosísimo choque del Haas, que salió
incendiado y se partió en dos, pero el piloto salió del coche. Tiene
quemaduras en las manos, pero no hay fracturas.
La FIA informó de que estaba estable y fue trasladado en helicóptero al Hospital Militar BDF
para más exploraciones. Tiene quemaduras en las manos, pero no
fracturas, y pasa la noche en el hospital. Tardó muy pocos segundos en
llegar el coche médico y fue el doctor delegado, Ian Roberts, el que
ayudó el primero al francés, quien salió del habitáculo como pudo entre
un amasijo de hierros y fibra de carbono. Se había quedado encallado en
la primera mitad del coche, incrustada a su vez en el guardarraíl. La
parte trasera quedó totalmente partida con el motor y demás piezas a la
vista. Lo increíble es que pudiera salir por su propio pie ante ese
panorama.
El halo y el mono le salvaron la vida
El halo, la pieza de titanio que protege la cabeza del piloto,
introducida en 2018, evitó una deformación de la célula de supervivencia
del chasis. En cuanto al fuego, las equipaciones de los pilotos están
preparadas y homologadas para soportar más de medio minuto a 850ºC. La
última vez que se recuerda a un coche de F1 ardiendo de esta manera fue
en Argentina 1996, con Pedro Diniz.
El monoplaza del piloto francés se
ha incendiado tras un fuerte impacto en la curva tres del Gran Premio
de Bahréin. Romain Grosjean salió por su propio pie del monoplaza. El
accidente llegó tras un cambio de dirección del piloto de Haas, en el
que se ha tocado con el Alpha Tauri de Kvyat.
Con ayuda de los dos miembros del equipo de emergencias, Roberts y el piloto sudafricano Alan van der Merwe,
Grosjean caminó desde el coche médico, donde fue atendido inicialmente,
hasta una ambulancia que le llevaría al centro médico del circuito de
Sakhir, antes de volar al hospital. A la vista, estaba magullado y
cojeaba, su mono acusaba las quemaduras aunque su piel no. Si hay
traumatismos, lo explicarán los doctores más adelante.
Grosjean, de 34 años, padre de dos hijos y una hija, lleva once temporadas en la Fórmula 1.
Subió diez veces al podio con Lotus y este año afrontaba la que puede
ser su última temporada en el Gran Circo, porque no renovará con Haas,
su equipo durante las últimas cinco campañas. Él sacó del ostracismo a
Francia en el Mundial después de años de silencio, sin pilotos de máximo
nivel. Era el ídolo de Jules Bianchi, el último piloto de F1 caído en
combate, y todavía está muy presente en el paddock la tragedia de otro
francés, Anthoine Hubert, quien falleció en Spa-Francorchamps el año
pasado durante la carrera de F2. Se sintió el mismo miedo en Sakhir,
pero Grosjean volvió a nacer.