Un titánico Jimmy Butler (35+11+12+5) aplaza el anillo para LeBron y los Lakers
Espectacular partido decidido en el último minuto
Marca
Jimmy Butler, un animal competitivo como pocos en la NBA desde Kobe Bryant, no entiende de sentimentalismos ni de historia y se interpuso en el camino de los Lakers hacia el anillo más emotivo y especial de la franquicia angelina. El alero aparcó de momento los festejos en Los Ángeles con un partido soberbio (35+11+12+5) y mantiene con vida a los Heat, que se llevaron la victoria en un quinto partido (108-111) en el que pudo más el corazón y las ganas que la calidad de unos Lakers que necesitan algo más que a LeBron y Davis para tumbar a un rival sin fisuras.
Sudor, trabajo y algún que otro susto. Eso es lo que iba a ofrecer Miami para intentar que la noche no fuera para los Lakers. Y si algo han demostrado los chicos de Spoelstra durante estos playoffs es que hay pocos equipos que se agarren a los partidos como ellos.
En el quinto partido, con la guillotina sobre sus cabezas, la muchachada de Florida volvió a tirar de orgullo y puso contra las cuerdas a los Lakers desde el inicio, liderada por un espectacular Jimmy Butler que estaba dispuesto a repetir actuación antológica como la del tercer partido. El alero no sólo anotaba sino que también repartía juego para que, esta vez sí, sus compañeros le acompañaran con puntos que daban la ventaja (11-16 min. 6) casi desde el inicio del choque.
Espoleados por esa confianza en sus posibilidades que les ha llevado hasta la final, los Heat seguían creciendo en el choque e incluso dominaban los tableros pese a la desventaja de centímetros con respecto a Howard y a Davis, que dio el susto al final del primer cuarto al echarse la mano a la pierna y verse obligado a irse al banquillo tras un golpe en la pierna. No fue nada y tras unos minutos de descanso, el pívot volvió a la carga para ayudar a sus compañeros a la hora de cerrar su aro -21 rebotes, con seis ofensivos de los Heat por 16 de los Lakers- y no permitir segundas oportunidades a los de South Beach.
Mientras, Butler (22+6+6 al final del segundo cuarto) seguía a lo suyo y eso suponían buenas noticias para unos Heat que llegaron a tener 11 puntos de renta gracias a la labor del alero texano, pero también al descaro de Kendrick Nunn y Duncan Robinson, que asumieron el protagonismo en ausencia de un Adebayo más centrado en defender. Los Lakers tenían que sofocar la rebelión de su rival y tiró de LeBron y Davis para hacer un parcial de 8-0 que les devolvía al choque y ponía el choque en un puño antes del descanso (56-60).
La salida de los vestuarios dibujaba un choque que seguía el guión escrito en la primera mitad. Los Heat dejaban mejores sensaciones en la cancha como equipo. Sus jugadores parecían todos muy metidos en el choque y prueba de ello fue un nuevo arreón de ocho puntos. Sin embargo, LeBron no estaba por la labor de dejar escapar al rival y con una exhibición desde el triple (seis de nueve hasta el tercer cuarto) del alero, los Lakers volvían a apretar un partido (77-78 min. 32) que se convertía en un duelo al sol entre James y Butler, que se citaban en un último cuarto que se antojaba espectacular para ambos jugadores. Doce minutos en los que los Heat se jugaban la temporada y los Lakers la gloria.
El telón del último cuarto se alzó de la misma forma que había caído en el tercer parcial. Esto es, con un triple de Duncan Robinson que anotó ocho triples de 15 intentos. Una canasta que daba alas a Miami que se ponía con 11 de ventaja. Sin embargo, la noche estaba destinada para que los Lakers honraran a Kobe y no podían dejar pasar la ocasión. Así, con LeBron al mando y Anthony Davis haciendo de las suyas en la zona, los Lakers engancharon un parcial de 17-3 para volver al choque (99-96 min 42) y mantener las opciones de levantar el Larry O'Brien al final del choque.
Los nervios empezaban a pesar tanto en los Heat como el cansancio en el cuerpo de un exhausto Butler. Y esa es mucha sangre para dos depredadores como LeBron y Davis. Dos monstruos que veían el anillo tan cerca que no podían dejarlo escapar. Se lo debían al cielo. Pero el pago tendrá que esperar.
Los Heat demostraron que tienen oficio y corazón aguantar los envites de los Lakers en un último minuto de ida y vuelta y para alargar la serie lo que haga falta. Subidos a los lomos de un mayúsculo Butler cerraron la victoria más sufrida para mantener con vida una final cuyo destino parecía ya escrito.