Son y Kane, a la altura de Agüero y Silva

Partido trabajado de los de Mourinho, que sudaron para llevarse la victoria. Tuvieron la posesión durante todo el encuentro, pero solo Son fue capaz de derribar el muro.

Alberto Muñoz

As

Qué poco apetece jugar en lunes, con este frío y contra un rival como el Burnley. Hasta Mourinho, un hombre de sangre caliente, estaba arrebujado en el banquillo. Brazos cruzados, semblante serio y tembleque para combatir el frío y el aburrimiento de lo visto sobre el terreno de juego. Partido de los de sufrir, espectadores y jugadores, y condenado a un resultado raquítico. La nota positiva, el tanto en el último cuarto entre Kane y Son, que ya son una pareja histórica en la Premier League. La conexión entre ambos ya ha dado 29 goles, los mismos por ejemplo la formada por Agüero y Silva, y solo se ve superada en la historia de la competición por la formada por Lampard y Drogba.

Aun así, y más allá del dato, el partido fue difícil de digerir, y la primera parte ya lo advirtió. Cero oportunidades por parte de ambos conjuntos más allá de un par de disparos inofensivos desde larga distancia. Lo que más peligro tuvo fue un codazo a Alderweireld que quizás podría haberse castigado con amarilla. Poco más. Sin Reguilón ni Bale en el campo, los ojos estaban puestos en Son y en Kane, que se reservaron lo mejor para la segunda mitad.

El inglés salvó el partido con dos remates de cabeza en sendos córners. El primero, salvando un balón sobre la línea de Lloris en una jugada defensiva. El segundo, prolongando el centro para el tanto de Son.

Aun así, el Tottenham, un equipo que había marcado 19 goles en los cuatro últimos partidos, se estaba quedando seco contra un equipo muy inferior. Es aquí, cuando se lo pregunte Mourinho a final de temporada, donde se pierden los grandes objetivos, pues los tres puntos de hoy contaban igual que los de la histórica goleada que le endosaron al Manchester United en Old Trafford hace no demasiado. Mucho riesgo para unos jugadores que, también hay que decirlo, se ven exprimidos por las exigencias del calendario.