Sin Hazard ni De Bruyne, liderato por Lukakusistema

 Pese a las bajas de seis titulares, entre ellos Courtois, los de Martínez se sobreponen a su mala racha. La derrota inglesa les devuelve el primer puesto.

Mario Cortegana
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Las reacciones en el fútbol pueden ser tan sencillas o tan difíciles como imprimir un documento. A veces pasa que se hace como solo y otras conducen a la desesperación. Es peor cuando la otra parte implicada, selección o impresora, huele las dudas y las prisas. Bélgica superó ese proceso con un 1-2 en Islandia que le coloca, derrota inglesa mediante, líder de grupo. Es una victoria que sabe a mucho más de tres puntos por el nuevo vuelco en la clasificación y por la necesidad, después de no haber ganado dos partidos seguidos por primera vez desde los empates de marzo de 2017.

A simple vista Islandia se percibía como poca cosa, pero sin seis titulares (De Bruyne más los cinco ausentes en Wembley, Courtois, Hazard, Mertens, Vertonghen y Vermaelen) cualquier montaña se puede volver ochomil. Para que eso no ocurriera, Roberto Martínez mantuvo a los tres centrales, que dejaron muy buenas sensaciones el domingo contra los ingleses, retrasó a Carrasco hasta el lugar de Castagne y trató de menear el ataque con la fantasía de Trossard y la electricidad de Doku, demasiado discontinuos.

La pizarra, sin embargo, se redujo a un Lukakusistema. El del Inter se sacó de la nada un doblete en 38 minutos: en el 9', entre tres islandeses y tras varios rebotes, remató un balón que le cayó por un envío de Alderweireld; después, al estilo de la que le lio a Dier en Londres, forzó un penalti que él mismo llevó a la red. Entre los dos golpes del máximo goleador histórico de Bélgica, con 55 dianas (38 en 36 encuentros con Roberto Martínez), Saevarsson había invocado en el 17' a los fantasmas de los belgas. Aprovechó un despiste de Carrasco y una asistencia preciosa de Sigurjónsson, se coló por la espalda del rojiblanco y batió a Mignolet.

Cualquier miedo se fue esfumando con el tiempo. No pasó mucho en la segunda mitad, y eso es lo mejor que le podía pasar a esta Bélgica de supervivencia, que buscaba curarse de su cuarta derrota en los 48 partidos de la era Martínez, iniciada en 2016. Cuando se tropieza tampoco duele más. Carrasco, muy voluntarioso, casi abrocha el triunfo en el 89'. No acertó para la sentencia, pero tampoco hacía falta.


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