¿River vuelve a Avellaneda?

Aunque aún no hayan recibido una respuesta oficial, en Núñez ven difícil revertir la eventual negativa de la Liga Profesional para hacer de local en el predio y lo sentirían como un pase de facturas. De confirmarse, la principal alternativa de la CD será seguir jugando en cancha del Rojo, como en la Copa Libertadores.

Olé

No hay caso, parece. En paralelo a una disputa ya pública entre las CDs de River y de Boca con a actual conducción del fútbol que desencadenó en un histórico comunicado en conjunto de los dos clubes más grandes del país (en lo que fue un hecho histórico), el CARP juega otra contienda más coyuntural pero no por eso menos relevante: por las obras en el Monumental, los dirigentes elevaron de manera formal un pedido a la Liga Profesional de Fútbol el pasado viernes para manifestar la voluntad del club de hacer de local en River Camp durante la Copa de la LPF y pedir permiso para iniciar las obras de infraestructura pertinentes para habilitar una cancha que hoy no cumple con los requisitos estatutarios de AFA.


Por ahora River no recibió ninguna respuesta oficial, pero de costado las autoridades de la Liga ya bajan el pulgar: aún sin público, quieren que se mantengan los cánones televisivos de Conmebol por los que el equipo del Muñeco juega como local en la cancha de Independiente por Copa Libertadores y por eso no aceptarían que se use el predio para disputar partidos de Primera. Y aunque aún no se den por vencidos y sigan intentando torcer esa primera negativa extraoficial, en Núñez advierten que esa postura de la LPF obedecería a un pase de facturas.

Es que para River no sólo sería mucho más cómodo hacer de local en Ezeiza, donde tendría el OK de la seguridad municipal y contaría con un campo de juego de primer nivel para recibir en primera instancia a Banfield, Rosario Central y Godoy Cruz: para el CARP representaría un gasto de alquiler que no es menor en estos tiempos. La alternativa principal en caso de que le bloqueen el River Camp es, como a nivel continental, la cancha de Independiente, que le cobra 60.000 dólares por partido de renta que se descuentan de la deuda existente por el pase de Alexander Barboza. Y aunque también surgieron versiones de que la mudanza podría ser también a distintos estadios porque el Rojo y River coinciden en dos fechas en las que juegan como locales, eso no sería problema: en tal caso, podrían acomodarse los partidos en diferentes días y horarios.

Lo cierto es que ya hay bronca por este tema en el club, que está listo para desarrollar las instalaciones que permitirían la publicidad LED, lonas, cabinas de televisión y mangrullos para las cámaras. El pedido, obvio, nació del propio Marcelo Gallardo, que considera esencial el muy buen estado del césped de las canchas del predio, además de que ejercería una localía real en su bunker. Seguramente este lunes, cuando el Muñeco se siente al mediodía en la sala de conferencias del River Camp para su rueda de prensa virtual tendrá lo suyo para decir al respecto: será una pregunta obligada para el entrenador que, como todos el Núñez, está Rojo de la bronca...



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