Oyarzabal prolonga el estado de gracia de la Real

El capitán txuri-urdin marca dos goles y encarrila la goleada contra el Huesca que le deja líder en solitario. Portu e Isak hicieron el tercero y el cuarto.

Roberto Ramajo
As
Mikel Oyarzabal prolonga el estado de gracia de la Real Sociedad y culmina una semana perfecta, ganando en Europa entre semana, goleando al Huesca y terminando la jornada como líder de Primera en solitario, algo que no sucedía desde el año 2002. El capitán txuri-urdin encarriló la goleada contra el equipo oscense con dos goles y liderando a su Real, bien apoyado en David Silva, que por fin se quitó los grilletes con dos asistencias a Isak y Portu. Puede parecer un triunfo sencillo de la Real, pero realmente costó mucho, porque el Huesca hizo una primera parte muy buena, presionando muy arriba y con mucha intensidad. Pero en la segunda parte, después del 1-1, la Real despertó y jugó como el líder que es ahora de Primera. El Huesca sufrió toda la brillantez que tienen sus atacantes, que parece que convierten en oro todo lo que tocan.


El Huesca salió valiente en Anoeta, presionando muy arriba y sin complejos. Michel no quería esperar a que la primera victoria le cayera del lluvioso cielo de San Sebastián, sino que quería salir a buscarla, provocando primero que la Real Sociedad estuviera incómoda en la salida de balón y que le costara adueñarse de la posesión. Y de entrada la realidad es que consiguió su propósito. Lo que pasa es que en esa labor tan bien ejecutada se olvidó de que luego también tenía que mirar a la portería de Remiro, porque solo tuvo dos acercamientos con peligro. Ambos de Rafa Mir. El primero remató muy bien de cabeza, pero estaba en fuera de juego. Por si acaso, Remiro sacó una fantástica mano. Y en la segunda, después de cazar un rechace dentro del área, lo tiró a la piernas del meta de Cascante, que había achicado rápido para entorpecer su remate.

Para entonces, la Real Sociedad ya ganaba 1-0. No porque hicieran grandes alardes para merecer el gol, sino porque a pesar de la acertada presión del Huesca, el equipo donostiarra se mantuvo fiel a su estilo y siguió encontrando líneas de pases interiores con Silva y Guridi para terminar en centros laterales que poco a poco fueron encontrando rematador, hasta que llegó Guridi a un balón al segundo palo y su remate de cabeza pegaba en la mano de Maffeo. Penalti que se encargaba de convertir, quién sino, Mikel Oyarzabal, que marcaba su 12ª pena máxima en 12 lanzamientos desde los once metros en la élite. Es infalible.

Con 1-0 se llegaba al descanso, pero el Huesca no estaba dispuesto a arrojar la toalla y quería revelarse contra su mala fortuna de cara marco contrario. Porque hacía muchas cosas bien y trabaja bien los partidos, pero en las áreas se le apaga la luz. Aunque nada más comenzar la segunda parte hilvanó una jugada por la izquierda con un buen centro de Javi Galán que Rafa Mir enviaba a la cazuela con un cabezazo inapelable. Ese gol reenganchaba al equipo de Michel al partido, pero se encontró con una respuesta rabiosa de los donostiarras, que enseguida respondieron con varias acciones de peligro, hasta que volvió a aparecer Oyarzabal para adelantar de nuevo a la Real con otro golazo de cabeza. A partir de ahí, el partido se fue convirtiendo en un monólogo del equipo realista, que se volcó en ataque para buscar la tranquilidad. El Huesca se venía abajo, y se equivocaba en la presión que hasta entonces le había dado tan bien resultado, lo que le dejaba vía abierta a la Real para jugar más cómoda. Así llegaba el 3-1 después de una buena acción de Silva en profundidad para que Portu marcara casi sin ángulo su cuarto gol de la temporada. Y pocos minutos más tarde, con los donostiarras desatados, otro buen pase de David Silva a la carrera Isak servía para culminar una goleada que deja a la Real como líder en solitario de Primera y con la que culmina una semana perfecta, gracias a la victoria entre semana en Europa.

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