Nadal: "Empatar con Federer es un honor y algo bonito"
Un día después de lograr su 13º Roland Garros y 20º Grand Slam, Nadal concedió una entrevista a AS y otros tres medios españoles en la que se sinceró.
¿En algún momento por las condiciones de este año sintió que no ganaría en Roland Garros?
Por supuesto. Cada año que voy a París pienso que puede que no gane. Pero sí llego con la ilusión de hacerlo, sabiendo que lo lógico es que no pase, aunque podría pensar que voy a conseguirlo por todas las veces que he ganado aquí. Lo normal es no ganar, y eso lo tengo muy presente y lo dije desde el primer día. Teniendo en cuenta las condiciones, este era el Roland Garros más adverso, también porque la preparación en los seis últimos meses había sido prácticamente nula a nivel de torneos, no de entrenamientos.
Durante el campeonato se le vio en ocasiones bajo de ánimo ¿Le afecta toda esta situación de la pandemia?
No estaba triste, pero sí un poco más apagado de lo habitual, creo que es una tónica general en todo el mundo. Estamos en una época triste porque no puedes compartir momentos con las personas que quieres y la situación es más desagradable de lo que estamos acostumbrados. Y uno no se puede abstraer de lo que ocurre en el mundo y en España. Se sufre por todo lo que está ocurriendo porque, al final, es algo inaudito en nuestras vidas. En el pasado hubo otras pandemias, pero en la historia reciente no lo habíamos vivido y es triste y preocupante. Dentro de lo que cabe, cuando yo he tenido que estar alegre, concentrado y con la actitud adecuada durante estos días, lo he estado. Esto es de lo que estoy más satisfecho.
Djokovic dijo que usted había sido mucho mejor a nivel táctico. ¿Qué cambió con respecto a los partidos previos?
Mi último partido en tierra contra él había sido en Roma. Recuerdo que yo venía de una época no muy buena y aparte de que gané, jugué muy bien, así que tomé aquel partido como referencia y salí con una idea clara de qué quería hacer; lo complicado es ponerlo en práctica. Por suerte, el domingo pudimos ponerla en práctica porque mi sensación tenística fue muy buena.
¿Se puede decir ya que es usted el mejor de la historia del tenis?
Pues es discutible. Las cifras tienen que analizarlas las personas que conocen bien esa historia del tenis. Y, sinceramente, tampoco me importa mucho. Soy feliz con mi carrera. Está claro que, hoy en día, soy uno de los dos mejores. Pero ya veremos qué pasa con Novak, qué ocurre con Roger cuando vuelva, qué sigue pasando conmigo… Con suerte, si todo va bien tendremos tiempo para analizarlo cuando acaben nuestras carreras. Entonces, con todos los datos podrá hacerse un veredicto claro.
Dijo una vez que Borg acabó a los 26 años porque no le aguantó la cabeza. Usted tiene 34, ¿cómo hace para seguir estando bien mentalmente?
Al final, todos pasamos por momentos mejores y peores, por etapas de ilusión y desilusión, sobre todo cuando hemos tenido más problemas físicos de la cuenta. Pero he tenido la suerte de tener una familia y un equipo fantásticos que me han respaldado durante toda mi carrera; a eso le ayuda el tener una personalidad estable. Trato de no estar muy sobreexcitado cuando las cosas van muy bien ni soy especialmente negativo cuando van mal. Esto me ayuda a hacer todo con más tranquilidad y me da la oportunidad de seguir adelante. De todos modos, al final todo se resume en tener pasión por lo que uno hace.
¿Le impresiona el impacto que ha tenido su gesta en todo el mundo y la admiración de una chica como Iga Swiatek, campeona del torneo femenino?
No sé lo que ha supuesto porque no he tenido la posibilidad de mirar prácticamente nada… A nivel deportivo se ha conseguido ganar algo importante, primero porque se consigue ganar uno de los torneos más importantes del mundo 13 veces, y segundo porque se empata a 20 grandes con Federer. Lleváis mucho tiempo hablando de todo esto y lo entiendo, porque se ha alcanzado un récord que parecía muy difícil de igualar. Estoy muy satisfecho, muy contento y agradezco mucho los mensajes; también el de Swiatek, a la que debo felicitar por su victoria.
Cuando se ha ganado tanto, ¿qué queda por hacer?
Para mí, seguir disfrutando del día a día. Soy afortunado por todas las cosas que me han pasado durante estos años. Hasta el día de hoy, la vida me ha sonreído. ¿Qué me queda por ganar? No lo sé, pero la ilusión siempre es seguir hacia delante, porque si uno no tiene la motivación por hacer lo que hace, es momento de dedicarse a otra cosa. Mientras mantenga esa ilusión por jugar al tenis y competir, seguiré esforzándome cada día.
¿Es angustioso trabajar sin tener un objetivo?
Han sido meses complicados, porque al final estás conviviendo con problemas constantes a nivel social, y en el personal es verdad que he pasado unos meses malos, porque mi cuerpo, después del confinamiento, no ha respondido de la mejor manera posible. Lo he resuelto de la mejor forma, he pasado muchas semanas entrenándome muy poquito y las sensaciones corporales han sido muchas veces desagradables a la hora de hacerlo. Todo eso, unido a trabajar sin tener unos objetivos claros en el horizonte, hace que se agrave el problema. Pero como decía antes, he tenido a las personas adecuadas a mi lado, que me apretaban cuando me tenían que apretar y que también me han dejado libertad para disfrutar de otras cosas cuando realmente lo necesitaba. He tenido que tomar decisiones difíciles, como ir o no a Nueva York. Todo está bien o mal en función del resultado final, y ahora parece que al haber ganado Roland Garros todo se ha hecho bien. Pero si no lo hubiera ganado quizá se hubiera hecho bien también… Esta es la realidad del deporte, que termina siendo algo totalmente resultadista. Todas las decisiones se han tomado de forma consensuada y, más allá del resultado, yo estoy personalmente satisfecho con lo que hemos hecho.
¿Cómo ha sido la vida de la burbuja?
A mí me cuesta más que al resto de mi equipo, porque soy una persona a la que quizá le gusta más estar con gente que otra cosa. Tanto Carlos como Rafa se apañan mejor que yo en solitario… Los días quizá se me han hecho más largos que a ellos, pero bueno, al menos he recuperado cosas que no hacía desde hace mucho, como jugar a la Play; no cogía una desde hacía seis años. Hemos jugado entre nosotros. También leía las noticias y la actualidad, y he visto algunas series para que se pasasen mejor las horas.
¿Los tres toques que se daba en las zapatillas con la raqueta antes de sacar se incorporan a su rutina en tierra o fue un recurso para combatir la humedad de la tierra?
La pista estaba más resbaladiza este año de lo habitual. Era vital quitarse la tierra. Desde el primer día me resbalé bastantes veces y Carlos (Moyá) me decía, “acuérdate de hacer todo eso en cada punto porque si no la tierra se te queda enganchada a la zapatilla, al menos que empieces sin eso”. No es ninguna rutina incorporada sino un recurso para mejorar los movimientos.
¿Qué es lo que le más le apetece hacer ahora?
Recuperar la vida normal. Estar en casa, jugar al golf, ir a la Academia, ver a la gente a la que no he podido ver en todo este tiempo…
¿Jugar en París-Bercy y en Londres puede poner en riesgo la preparación de Australia por el tema de las cuarentenas?
Tengo que plantearme bien todas las cosas. Las decisiones, hoy más que nunca, deben tomarse con calma y analizando bien todas las situaciones para decir tanto a nivel personal como profesional. Necesito un poco de tiempo para saber cuál será mi próximo torneo. En los próximos días tomaré una decisión y la daré a conocer.
El año que viene se prevé que haya sesión nocturna en Roland Garros. Lo de esta edición ha sido una especia de ensayo. ¿le gusta esa idea?
Más cambio del que ha habido este año con respecto a los demás, es muy difícil que lo haya. La temperatura, todo ha hecho que haya sido totalmente excepcional y ha habido semisesiones nocturnas. Esperemos que cuando las haya en junio no haga tanto frío. No soy un fan de las sesiones nocturnas en tierra batida, porque se ponen las condiciones más pesadas. Pero entiendo que estamos en una situación económica dificilísima y supongo que para el negocio del evento, hacer una doble sesión sea un plus. Y más teniendo en cuenta la gran inversión en dejar como están dejando Roland Garros.
¿Cómo procesó el hecho de jugar los partidos casi sin público?
Al final había algo de ambiente, no como en Roma. Había algunas personas en las primeras filas, en el box estaba la familia y el equipo… Eso cambia la perspectiva de todo. En Roma, la sensación era mucho más triste. Tres o cuatro personas, mucho más desagradable.
¿Le engrandece y le enorgullece que el día en que empata a 20 títulos de Gran Slam con Federer, el suizo sea el primero en felicitarle con una carta?
Al final creo que tenemos una relación muy buena desde hace muchos años y en cierto modo nos tenemos un gran aprecio el uno al otro. Creo que hemos compartido muchos de los momentos más importantes de nuestra carrera, compitiendo uno contra otro. Se generó una rivalidad que ha ido mucho más allá del mundo del tenis. La valoramos y lo apreciamos de una forma especial. Empatar con él a 20 significa mucho, es un honor y algo bonito.
¿Cuál es la clave de esa buena relación que no siempre se da en el deporte?
Se trata de relativizar un poco todo. Jugamos al tenis, nada más. Cuando entendemos esto, va por delante. Al fin y al cabo creo que la vida es más agradable si tienes una buena relación con tus rivales que si estás peleado. Estar en un ambiente positivo, saludando y charlando, el día a día en el circuito es mucho más agradable.
Lo que hizo en Roland Garros parece un golpe encima de la mesa, como decir que no hay quien le gane en Roland Garros sean cuales sean las circunstancias, ¿cómo lo ve?
No lo veo así. Creo que he jugado dando pasos adelante cada día e hice el partido casi perfecto cuando lo tenía que hacer. No soy muy dar golpes encima de la mesa. Lo hice lo suficientemente bien para ganar los partidos. Era un torneo que se antojaba difícil y lo gané sin perder un set, así que fue mejor de lo esperado.
¿Qué tiene la Chatrier para usted que no tengan otra pistas, como la de Roma, por ejemplo?
Es Roma he ganado nueve veces, así que también es un buen escenario para mí. Jugando a cinco set en una pista mucho más grande, donde es más difícil jugar por sus dimensiones, aunque a la gente que no esté totalmente metida en esto del tenis le pueda sonar a chino lo que digo. Hay una cosa intangible, cuando uno ha jugado muy bien muchas veces en un lugar, es más fácil volver a hacerlo, hay un extra de confianza y fe en sí mismo y lo sabes, así que influye de manera decisiva.
¿Si se prolonga la situación por la pandemia, hasta cuándo cree que es rentable para los torneos y el circuito en general?
Confío en que no se alargue muchos más, porque si no va a ser una situación económica muy complicada, aunque el problema sanitario es prioritario. Para los organizadores y promotores de torneos, será insostenible si se alarga mucho. Confiemos en que haya una solución cuanto antes para volver a una vida más lógica y más feliz.