México venció a Holanda en el amistoso de la Fecha FIFA
Raúl Jiménez marcó el único gol del encuentro que le dio la victoria a 'El Tri' a través de un penal en la cancha del Johan Cruyff Arena.
De Boer ordenó confinamiento mientras Herrera, Guardado y 'Tecatito' surcaron a placer por los canales de la Keizersgracht. En plena dejación neerlandesa, Herrera trazó el desmarque de Corona, quien definió sin rigor ante la fútil resistencia de Krul. Desperdicios semejantes suelen ser condenados con severidad en las Copas del Mundo. Si lo sabremos. Valga el ensayo para recolectar resoluciones de utilidad para futuras presentaciones de alcurnia. Pronto hubo una tercera oportunidad, cosas del fútbol. Muy pronto. El réferi Jovanovic vengó el atraco (¿?) de Fortaleza. Aké aplicó un bloqueo estilo-NBA a Jiménez y Raúl mesmerizó a Krul desde el punto de cal con su característico golpeo de tobillo. No, esta crónica no ahondará en un estrés post-traumático colectivo que data de seis años atrás.
El partido entró en fase experimental y perdió valor curricular, si es que alguna vez lo tuvo. Rompió el marasmo 'Tecatito': jarabe tapatío a Aké y fusilamiento que Krul soportó con chelco anti-balas. 'La Oranje' fue una brigada de soldados rasos desperdigados aleatoriamente sin santo y seña; una puesta en escena indigna conforme a la carta magna que redactó Rinus Michels y que, hasta el verano, Ronald Koeman interpretaba con reservas y corsés. El cotejo involucionó, pero ofreció experiencias de valía para Romo (segunda internacionalidad) y Govea (maltrecho en su regreso al Tri, dos años y medio después).
El epílogo marchaba sin sustos, hasta que el testarazo de De Jong exigió el vuelo de Talavera, digno de una pintura de Vermeer, del que prosiguió el surrealista bombazo de Depay al travesaño. La velada terminó en un breve sofoco que, al final, no arruinará el paseo triunfal por los canales de Die Wallen.