¿Merece Mick Schumacher el ascenso a la Fórmula 1?
El hijo del Kaiser se quedó sin debutar en los libres de Nurburgring. Su fichaje por Alfa Romeo parece inevitable si gana la F2. "El sueño es la F1", dice.
No piensa lo mismo Mick Schumacher, quien se queda sin debutar en los entrenamientos con el Alfa Romeo. El alemán de 21 años, hijo del Kaiser, encajó bien el golpe: "Espero que la próxima vez…". Charló con los medios después de lo que debía haber sido su estreno oficial en la F1 a la espera de que llegue otra ocasión: "Cualquier oportunidad será genial para subirse al coche. El objetivo y el sueño es la F1 y lo ideal es tener el máximo de oportunidades para demostrarlo. Aunque a la vez debo centrarme en mi campeonato, no en la F1”.
Como piloto de la academia de Ferrari, fue campeón de la F3 Europea en 2018 y es líder de la F2 a falta de cuatro carreras, todas en Bahréin, para la conclusión. Es evidente que el título forzará su salto al Gran Circo con Sauber e incluso sin ganar el campeonato tiene todas las posibilidades de ascender y hacer equipo con Kimi Raikkonen en 2021. Pero no se espera la confirmación, al menos, hasta después de Bahréin. Tampoco lo piensa él: "Debemos esperar y ver. Para mí es importante acabar la F2 en lo más alto posible y es en lo que me centro".
¿Merece el ascenso? Mick es un piloto de cocción lenta, diésel, necesitó temporada y media para empezar a ganar en la F3 y a partir de entonces arrasó. En la F2 le ha sucedido algo parecido, por eso ahora es el favorito. Es lícito dudar de las diferencias mecánicas entre las escuderías de estos campeonatos de acceso y la prueba de fuego llegaría en la F1, comparándose con su compañero de equipo y con los precedentes de talentos emergentes como Leclerc. "La presión siempre está ahí. Uno siempre quiere hacer un buen trabajo pero mi nombre no me llevará a lo más alto de una clasificación. Estamos haciendo un buen trabajo en la F2 y eso al menos demuestra que estamos en el lugar correcto", opina el joven Schumacher. Paciencia para él, su estreno llegará. Y paciencia con él, no es Michael Schumacher. Pero en sus manos está convertirse en el heredero del mejor piloto de todos los tiempos, según la estadística.