Fabinho recoge el testigo de Van Dijk

El Liverpool empieza con nota en su complicado grupo, gracias a un tanto de Tagliafico en propia puerta. Klopp quitó al tridente completo en el 60'.

Alberto Muñoz
As
Sobre el lienzo del partido, dos de los mayores artistas del fútbol europeo de los últimos años, y, sin embargo, y a pesar de las buenas pinceladas de unos y otros, el cuadro final del Ajax Liverpool terminará recordándose por un inmenso borrón. Un error personificado en Tagliafico, que despejó inexplicablemente un balón de Mané contra su propia portería en uno de los goles más feos que se recuerdan en la historia reciente de la Champions, pero que sirvió, a pesar de todo, para darle tres puntos importantísimos al conjunto de Klopp.

Llevarse una victoria del Johan Cruyff Arena en la primera jornada de la fase de grupos lanza un mensaje muy potente y refuerza la posición de los reds. Un partido entre ambos conjuntos que no se veía desde hacía 54 años y que, entonces, se lo llevaron los holandeses por un contundente 5-1. En este caso, el conjunto inglés llegaba con la incógnita abierta de cómo reaccionaría el equipo tras la dolorosa, literal y simbólicamente, lesión de Van Dijk, que se perderá lo que resta de temporada.

El hombre elegido para suplirle en el centro de la defensa fue Fabinho, y, en una declaración de intenciones que seguro que satisfará mucho al técnico germano, fue sin duda el mejor del partido. Exhibición del brasileño, que no solo fue determinante al corte, sino que también llegó a sacar un balón bajo palos e incluso estuvo a punto de ampliar la ventaja de los suyos. Buenas noticias para un mar, el de la ciudad de los Beatles, que tiene de todo menos calma últimamente y que había llevado a los campeones de la Premier a encadenar una derrota y dos empates en las últimas jornadas de copa y liga.

El que también respondió fenomenalmente fue Milner, que volvía a la titularidad por primera vez desde julio por las molestias de Thiago y que demostró por qué es el revulsivo favorito de Klopp. Sobre el verde, además, Mané fue el mejor del tridente, aunque tuvo que retirarse con una bolsa de hielo sobre la rodilla, mientras que Klaassen tuvo la más clara de los suyos con un disparo a la madera.

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