Ensayo de madera

El larguero salva en dos ocasiones a la Selección en Lisboa. El equipo de Luis Enrique dominó pero no tuvo pegada y sólo le agitó la entrada de Adama Traoré.

Héctor Martínez
As
Nos las prometíamos muy felices ante un duelo que sonaba a partido grande pero que finalmente quedó en lo que era, un amistoso, un simple laboratorio con el que preparar retos mayores como el de la Nations League. Los debuts de Campaña, Adama... y poco más. Y dos sustos en los que el larguero jugó a favor de La Roja. Luis Enrique habrá llenado el cuaderno de notas para futuras batallas, es lógico, él es el jefe, pero el menú nos supo a poco sobre todo tras una buena primera parte. Suerte que lo de Suiza del próximo sábado va en serio..

El seleccionador elogió a Ansu Fati tras el 4-0 a Ucrania, recuerden, aquello de "no he visto nada igual", pero no dudó en frenar euforias sobre el azulgrana en la previa del partido: "Necesita paciencia, tranquilidad y un clima de calma que intentaremos darle". Es su manera de cuidar a un chaval al que de unas semanas a esta parte le hemos cargado con el pesado traje de reactivar al Barça y a la Selección española. Así, como si nada, como quien baja a comprar el pan. Este martes, el seleccionador también dijo eso de que "no tenemos a Van Basten, pero tenemos gol". Y al final, entre unas frases y otras, los hechos: Ansu no fue titular en Lisboa y La Roja se quedó sin marcar.

Fernando Santos debió de pensar lo mismo que Lucho pues dejó en el banquillo a João Félix, otra de las perlas sobre las que giraba el pulso entre las dos selecciones que se han repartido los tres últimos títulos de la Eurocopa: España, en 2008 y 2012; Portugal, en 2016.

Se aventuraba que Kepa fuera titular como un modo de cargarle de confianza ante el mal trago que está viviendo en el Chelsea. El de Ondarroa vivió una primera mitad plácida, pero un final de infarto con la madera como gran aliada. Y se esperaba también que los Moreno, es decir Gerard y Rodrigo, volvieran a formar en el ataque de La Roja. Así fue, en una apuesta que va en detrimento del desborde que aportan jugadores como Ansu, Ferran Torres o Adama Traoré. Se trata de dos maneras de entender la ofensiva que quizá se alternen en función de los rivales.

Con el pitido inicial se planteaba una duda. Había que ver quién era el dueño del balón, si Portugal decidía ceder el mando para aprovechar la velocidad a la contra. Santos apostó por una defensa con barniz de titular y Cristiano en punta de ataque, lo que supone ayer, hoy y mañana una declaración de intenciones. Pues bien, bastaron cinco minutos para comprobar que la posesión era asunto de La Roja United, ese once integrado por seis jugadores de la Premier (Kepa, Llorente, Eric García, Reguilón, Ceballos y Rodrigo Moreno) por los cuatro de LaLiga (Sergi Roberto, Busquets, Canales y Gerard Moreno) y uno de la Bundesliga (Olmo).

España tenía el balón y disponía también de las ocasiones de gol. Primero, con una internada de Olmo y poco después, en el minuto 10, con un disparo de Rodrigo. El futbolista del Leipzig era el principal quebradero de cabeza para la zaga portuguesa debido a su gran movilidad. A los 15 minutos no teníamos ninguna noticia mala y sí una buena, muy buena: Cristiano no tocaba un balón. Y así seguiría en toda esa primera mitad para desesperación del delantero de la Juventus.

Tampoco entraba mucho en juego otro de los peligros portugueses, Trincão, aunque con el paso de los minutos fue volcándose a banda derecha y desde ahí tuvo un mayor peso en el juego. Pero ni siquiera con él en acción, Portugal metía ruido. Lo que sí sonó a bendición fue el abucheo desde la grada por no señalizar el italiano Paolo Valeri una falta sobre el barcelonista.

En estos tiempos de COVID llegamos a echar en falta a los aficionados incluso hasta ese extremo, el de mostrar su descontento. Es parte del fútbol, sazona la misma salsa.

Tras el 0-0 de la primera mitad y el fútbol al ralentí tocaba hacer cambios y agitar la coctelera. Luis Enrique lo hizo con los dos interiores, Merino y Campaña, este debutante. Al otro lado del espejo era Moutinho quien se fue al banco, mientras que el bético William Carvalho entraba para poner kilos y empuje al centro del campo portugués.

En medio de ese baile llegó el trueno en forma de Cristiano, que acarició su gol 102 en la Seleçao con un zurdazo que se estrelló en el larguero de la meta defendida por Kepa. El balón botó antes de la línea y volvió hacia el punto de penalti para respiro de Eric García y compañía. Fue el mayor aviso de Portugal hasta que Renato Sanches protagonizó su replay. Centro de Cristiano y derechazo del centrocampista del Lille en el que el balón lo repelió de nuevo el larguero, botó en la línea y fue despejado por Llorente. Cinco minutos después llegaría la réplica española en una internada en la que Adama, que demostró el turbo que tanto nos puede ayudar, centró a Olmo, cuyo remate desvió Rui Patricio. Fueron veinte minutos de infarto, del 51 al 71, que no sirvieron sin embargo para evitar el 0-0. Ni siquiera la entrada de João Félix pudo mover el marcador. Estaba visto que ayer...

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