El valor de Martínez Quarta

Hace muchos años no aparece en el fútbol argentino un defensor con sus talentos y proyección. Difícil mensurar si fue bien vendido.

Olé

Difícil calcular hasta cuándo hay que remontarse para encontrar en nuestro fútbol la aparición de un defensor como Martínez Quarta. La conjunción entre su realidad (con más de 100 partidos y seis títulos en River) y su aún incalculable proyección a los 24 años lo convierte en un jugador valiosísimo, apto para sobresalir en distintos esquemas por su aptitud para marcar y su talento y visión para jugar. Destaca además una talla que lo favorece en el juego aéreo, que incrementa con su timing para el salto, aunque todavía tiene por mejorar la ejecución del cabezazo ofensivo. Crecido a la sombra de Jonatan Maidana y al influjo de un experto en mejorar jugadores como Gallardo, desarrolló además la personalidad del defensor habituado a pelear por cosas importantes sin achicarse nunca.


Es ya una fija en las convocatorias a la Selección, y regresó de seis meses de inmovilidad en el mejor nivel, figura de los tres partidos que metieron en octavos de la Copa a su equipo. Allí daba también el plus intangible del que está empujado por su pasión de hincha.

Pero esa condición, que por estas horas en las redes le vuelve en forma de gratitud de la gente, no excluye que haya resuelto con firmeza encaminar su rumbo profesional en ligas top de Europa. En días en que cada vez es más raro que un jugador se comunique con su público dando notas en la Argentina, Martínez Quarta concedió amplios reportajes a medios de España e Italia, en una estrategia para hacerse presente en lugares hacia donde iban sus deseos de futuro inmediato.

En estos tiempos de mercado de pandemia, no es fácil medir si una venta por unos 13 millones de euros (la más importante en esta accidentada ventana del fútbol argentino), si todos los agujeros que puede llegar a tapar en la tesorería ese aporte, justifican la pérdida de tamaño valor en plena pelea por la Libertadores.


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