El Espai Barça ya va por 815 millones de euros

El club preguntará a los socios si ratifica el acuerdo con la inversora Goldman Sachs, que financiará un proyecto y a la que se devolverá el dinero en 30 años.

Juan Jiménez, As

Jordi Moix, vicepresidente económico, actualizó la situación del Espai Barça (proyecto del que es responsable) con toda la intención de que la remodelación del estadio y los espacios anexos continúen. El plan de futuro del Barça pasa por las transformación de los terrenos del Camp Nou. Moix explicó el cambio de financiación que los socios tendrán que ratificar en el referéndum que quedó pendiente. Antes, recordó que el Espai Barça se divide en siete áreas: el Estadi Johan Cruyff (único punto del Espai Barça acabado), el futuro Camp Nou, la urbanización exterior (en marcha), el aparcamiento subterráneo, el Campus Barça, el Nou Palau Braugrana, y, por último, la zona del Petit Palau, la Pista de Hielo y el parking de autobuses.


La actualización del Espai Barça tiene una nueva calendarización. Según explicó Moix, el Nou Camp Nou debería estar listo en 2025 y el Nou Palau, en 2023. Pero, sobre todo, lo que tiene es una nueva financiación. De la idea primitiva, cuando el presupuesto estaba en 600 millones de euros (divididos en 200 millones de euros que el club le pediría a un banco, otros 200 millones saldrían del naming rights y, finalmente, los últimos 200 vendrían de los beneficios de explotación por servicios de restauración, tiendas, ticketing), se pasa a un presupuesto de 815 millones. Ese aumento se debe, por un lado, al acuerdo de ciudad y compensaciones al Ayuntamiento y algunas mejoras. A cambio, el Barça obtiene 49.500 metros cuadrados más de suelo. Y, por otro, a los intereses que habrá que pagar a Goldman Sachs. Unos 90 millones de euros.

El Barça cambió su idea debido a un estudio de Goldman Sachs. Según el mismo, el nuevo Espai Barça, con el Nou Camp Nou como joya de la corona, podía producir hasta 150 millones de euros en ingresos de explotación. Se trababa pues, de recurrir a un crédito que habría que ir devolviendo año a año con esos ingresos de explotación (de esos 100 millones, 50 serían para Goldman Sachs y 100 para el Barça) pero que, a la larga, podría generar más beneficios en el club y, sobre todo, no lo haría esclavo del contrato que firmase con la empresa que le pondría apellido al Camp Nou. Y en esas está el Espai Barça.


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