El día que entró Riquelme y se retiró Maradona en Boca
Este domingo se cumplen 23 años del último partido de Diego en el fútbol nada menos que vs. River y de la vez que lo reemplazó Román. Además, esa tarde Pelusa iba a inmortalizar una frase contra el Millo...
OléHan pasado 23 años. El 25 de octubre pero de 1997, Diego Armando Maradona daría su último concierto: ese día iba a jugar por última vez al fútbol de manera profesional y también sería su despedida de la camiseta de Boca, la que todavía hoy sigue amando con locura. Sin embargo, y tratándose del jugador más emblemático de todos los tiempos, no podía ser de cualquiera manera. Y no lo fue... El Diez se retiró nada menos que en el Monumental frente a River, la tarde que en el ST lo reemplazó un tal Juan Román Riquelme y que un colorinche Martín Palermo le daría el triunfo 2-1 al equipo del Bambino Veira sobre el Millonario de Ramón Díaz.
"Todos los clásicos son especiales", decía Maradona, con anteojos de aumento, apenas pisaba el anillo del Monumental. Vaya si sería especial. Y no sólo por el condimento de Román, el Loco y el grito pelado del 9 en medio de la lluvia, sino más bien porque ni él ni nadie sabía, justamente, que ése iba a ser su último partido después de 704 PJ, 360 goles y 11 títulos.
También sería especial para Diego que el DT de River sea Ramón, junto a quien fue campeón del mundo con la Selección Juvenil en 1979 pero que por ese entonces había algunas rispideces y comentarios cruzados en los medios. Y tal vez con eso haya roto el hielo Maradona: antes de empezar el partido, y en medio de una manada de fotógrafos, se capturo su mano estirada saludando en el banco a un Pelado serio, sin su típica sonrisa pícara.
El partido no tuvo mucho de Maradona, futbolísticamente hablando. A sus 36 años, el actual entrenador de Gimnasia LP ya no era el mismo que conquistó el mundo, aunque igual se llevó la ovación de los 10.000 hinchas de Boca que ese tarde de sábado se hicieron un lugar entre las 50.000 almas millonarias, el mismo día que se recaudó más de ¡1.000.000! de dólares con la venta de entradas.
De hecho, el Diego no saldría a jugar el ST y sí lo haría Riquelme, con 19 años y la camiseta número 20 en la espalda. Y aunque ya sea un hito popular decir que el actual vicepresidente segundo de Boca reemplazó al astro en su último partido, en la planilla oficial de Horacio Elizondo, el juez de aquel día, figuraba que JR entra por Nelson Viva y Claudio Paul Caniggia, por el Diez.
Sí habría acción en los 90 minutos, por supuesto, porque además de que se ponía en juego la cima (River llegaba líder a la décima fecha del Apertura con un punto más que Boca, que acumulaba siete años sin perder en esa cancha), Sergio Berti abrió el marcador después de que Marcelo Salas -tras un pase de Marcelo Gallardo- le bajara la pelota, porque Toresani iba a definir cruzado tras la asistencia riquelmeana de Diego Latorre y porque Palermo daría comienzo a su fiel costumbre de marcarle a River luego de un córner y la cortina de Jorge Bermúdez al Mono Burgos en medio de una lluvia torrencial que hizo todavía más épico ese momento.
Y la acción seguiría justamente cuando terminó el partido, ya que Diego entró sin remera a la cancha luego de haber visto el ST por tele en el vestuario y no sólo celebró el triunfo con sus compañeros, sino que se iría del campo de juego cantando en contra de la gente de River y haciéndole gestos a la platea. Pero no se iba a quedar ahí, la seguiría en la rueda de prensa, dejando una frase que quedó en la historia del fútbol: "Boca jugó a lo Boca y River jugó a lo River. Ellos hicieron un gran primer tiempo, pero en el segundo se les cayó la bombacha".
Sin embargo, de esa frase jocosa aún sentado en el vestuario del Monumental, Maradona iba a pasar a una declaración mucho más fuerte que haría cuatro días después (y uno antes de cumplir 37 años) y que tenía que ver con su retiro del fútbol. "Con todo el dolor del alma, ha llegado el momento de anunciar mi retiro. Se terminó el jugador de fútbol. Nadie está más triste que yo", dijo en una entrevista un Diego fastidiado porque por ese entonces se había rumoreado con otro dóping positivo y hasta con la muerte de su padre, lo que llevó a que Diego tomara la decisión de poner un cierre a su carrera. Una carrera que, por lo visto, sigue dando que hablar 23 años después de su final.