El campeón nunca perdona

El Bayern de Múnich se impuso en Moscú gracias a los goles de Goretzka y Kimmich, que desequilibró la balanza después de que Miranchuk empatara el partido.

José Carlos Menzel
As
Ha llegado el momento en el que, incluso, su versión más gris le basta al Bayern para sacar sus partidos adelante. Estando muy lejos de brillar, tal y como sí hizo en su arranque de Champions ante el Atlético de Madrid (4-0) hace una semana, el vigente campeón se impuso a un rocoso y valiente Lokomotiv por 2-1 y amplió una racha de victorias que da verdadero miedo. Son 13 encuentros consecutivos ya en la máxima competición continental que el rodillo bávaro comandado por Hansi Flick termina venciendo. Uno detrás de otro. Sin despeinarse.


Eso sí, el más reciente ante el Lokomotiv no quedará para el recuerdo. Gnabry, que viajó a Moscú tras resultar haber dado falso positivo en coronavirus, se quedó en el banquillo. Müller volvió a suplirle en el costado derecho y Tolisso se situó por detrás de Lewandowski, eso sí, tardó en carburar el depredador muniqués. Smolov estuvo a punto de dar la sorpresa a los seis minutos de partido tras un despiste de Lucas en la marca, pero, tal y como suele ser habitual, el Bayern fue el más eficaz. Pavard le puso un centro de volea a Goretzka en la cabeza y el internacional alemán no perdonó.

Coman, en lo que fue una copia del primer gol, mandó el esférico al palo, pero la sensación para nada fue de pleno dominio germano. Transmitió peligro el Lokomotiv, liderado por un entregado Krychowiak en la sala de máquinas que, una y otra vez, terminó chocándose con una ordenada zaga bávara. Dominaba el Bayern, como siempre e, incluso, pudo ampliar la ventaja en el luminoso en un penalti a Lewandowski que, a priori, parecía clarísimo, pero Hernández Hernández en el VAR terminó anulando ante el asombro de todos.

Flick no se fiaba. Se le veía nervioso en el banquillo y su presentimiento no engañó al técnico del hexacampeón de Europa. Una vez más, Luis cogió la espalda a Lucas y sirvió en bandeja el empate a Miranchuk. Estalló el RZD-Arena, con 6000 hinchas rusos en las gradas, ante el último arreón de su equipo que, incluso, pudo salir victorioso del duelo contra el todopoderoso Bayern en otra clarísima de Luis. Errores que suelen pagarse contra la bestia alemana. Y ayer volvió a ser así. Javi Martínez, que había entrado en el descanso por Goretzka, vio a Kimmich en la frontal y el internacional alemán resolvió la papeleta de volea. Es el Bayern. Si no le matas, él te mata a ti.

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