Aparece el doble pivote, vuelve el mejor Busquets

El cambio de sistema, clave en el nuevo Barça

Marca

Koeman ha dado con la tecla. El innegociable 4-3-3, solo alterado de manera esporádica por el 4-4-2 de Valverde, se tradujo en las últimas temporadas en una sangría defensiva en el Barça. Un agujero que encontró su punto álgido en el ya famoso 2-8 del Bayern en Champions. Y el bueno de Ronald lo sabía. Lo primero para recuperar a este equipo era encontrar una estabilidad defensiva.


Y ahí es donde nace el doble pivote. No es casualidad que los dos partidos de Busquets, ante Villarreal y Celta, se hayan saldado con dos buenas actuaciones. Ya lo dijo el canterano: "Tener un compañero al lado en defensa se agradece y me permite también tener mayor libertad en ataque".

Tener un compañero al lado en defensa se agradece y me permite también tener mayor libertad en ataque".

Busquets, acostumbrado al 4-3-3, ya sabía lo que era jugar con este sistema. Fue el que le hizo campeón del mundo. Junto a Xabi Alonso, de la mano de Vicente Del Bosque, se asentó esa doble pareja defensiva, muy criticada en los inicios del Mundial en Sudáfrica. Ahora es Frenkie De Jong quien le acompaña. El resultado: portería a cero en dos partidos y la sensación de un Barça mucho más sólido sin balón.

Un cerrojo reforzado por el compromiso defensivo generalizado. Coutinho y Griezmann ocupan los carriles y permiten a Messi quedar como referencia ofensiva. Ansu se alterna en las ayudas defensivas en un sistema donde el mediocampo nunca queda desprotegido. Atrás quedan esas imágenes de Busquets recorriendo 20 o 30 metros en el repliegue, llegando tarde al cruce y sufriendo en el plano físico.

El Sevilla, piedra de toque

Falta poner a prueba su fiabilidad en un partido de mayor entidad, aunque la plaza de Balaídos siempre fue difícil de lidiar para los azulgrana. Sevilla el domingo puede ser esa examen de confirmación. Mientras, Neto permanece imbatido poniendo la rúbrica a una defensa, tras dos partidos, casi perfecta.


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