Un Sevilla resiliente frente al 'Godzilla' Bayern


Budapest, AS
 
Vuelve el público a las gradas del fútbol de superelite aunque los rigores de la pandemia, creciente en Hungría, España y Alemania, provoque que menos de 2.000 forasteros, más los hungaros que se animen, vayan a tener la ocasión de dar color al coqueto estadio en honor de Cañoncito Pum, el Puskas Arena. Juegan el Mia San Mia (nosotros somos nosotros), ese grito de pertenencia y sobre todo determinación del Bayern, contra el Nunca se Rinde con el que el Sevilla convierte sus finales en un pequeño Sánchez Pizjuán. Budapest acoge esta noche una Supercopa de pronóstico desigual que enfrenta a dos entidades modélicas. 

A escala gigante el Bayern, capaz de sostener su mastodóntica estructura mediante un carácter muy bávaro, poco internacional, y con recursos básicamente autóctonos. Menos faraónica, pero tan propia y especial, es la personalidad de este Sevilla que construyeron los fichajes de Monchi en dos etapas, inaugurada la segunda con más plata para las vitrinas, otra vez, y cuyo estado de gloria pretende alargar derrotando a un club siempre fiero que estos días de goleadas comienza a parecerse a Godzilla. 

 Ocho le metió al agonizante Barcelona de Setién en los cuartos de la Champions que acabó por ganar a finales de agosto en Lisboa y con ocho abrió también el viernes la Bundesliga ante el Schalke. Entrenador de perfil bajo que llegó para un rato y apunta a quedarse una dinastía, Hans-Dieter Flick ha perdido al cerebro Thiago pero ha ganado vértigo, más aún, con el fichaje del vertical Leroy Sané. Gnabry, Coman, Goretzka, Alaba, Lewandowski, Kimmich, el rayo Alphonso Davies... Este Bayern conjuga potencia y control con la precisión de sus épocas más florecientes. 

 Lopetegui matizará el carácter profundo y dominador de su equipo, uno de los que más posesión tuvo en LaLiga el año pasado. La falta de Banega en la sala de máquinas y del motor Reguilón en la izquierda son una incógnita a resolver por el técnico vasco, que ha ensayado en los días previos con una defensa de tres para blindarse ante la esperada Blitzkrieg (aquella Guerra Relámpago de la Segunda Guerra Mundial) alemana. Habla Julen de "mostrar los puntos fuertes" y no arredrarse ante la dimensión del rival, en clave meramente futbolística, pero quizá olvida una virtud casi tan importante: la reciente pero ya legendaria resilencia de su equipo en las finales, también de Supercopa aunque perdiese cuatro de las cinco que ha jugado, dos de ellas (contra el Barça en 2015 y ante el Real Madrid en 2016) con el dolor añadido de una prórroga. 

La Europa League del coronavirus en Alemania, la de Bono y el Manchester United, la de los goles de De Jong ante Lukaku... mostraron el camino a seguir para superar obstáculos colosales. Por eso: pase lo que pase no te rindas, Sevilla.

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