Un decisivo Butler y un pletórico Adebayo adelantan a Miami
Los de Spoelstra supieron recomponerse a un mal primer y tercer cuarto para terminar imponiéndose en la prórroga. Un tapón de Adebayo, determinante en el devenir del duelo.
Pablo Villa
As
El aspirante se adelanta primero. Celtics y Heat abrían una final de Conferencia para la historia. Ningún equipo que no hubiese finalizado la temporada regular entre los dos primeros había jugado una final de Conferencia en el Este. Hubo que esperar a la temporada del coronavirus para romper ese registro. Lejos de defraudar, la serie empieza con sorpresa. Miami encontró la precisión en el tiro bajo presión de Butler y la intensidad defensiva de Adebayo para cimentar un triunfo (114-117) que certificaron tras una prórroga agónica. Una victoria que en el arranque del último cuarto parecía una utopía.
La primera parte estuvo marcada por dos cuartos totalmente heterogéneos, tanto en sensaciones como en el nivel de acierto de ambos equipos. Los de Stevens arrancaron el encuentro con un orden y una disciplina defensiva fuera de lo común en un partido de esta exigencia. Una gran defensa zonal con constantes intercambios de marcas cimentaron unos primeros 12 minutos en los que los de Boston apenas concedieron 18 puntos y dejaron en un pobre 27,3% en tiros de campo a los de Spoelstra.
A ese orden defensivo, se le añadió un gran juego dinámico en ataque. El partido arrancó con un ritmo muy alto, sin apenas interrupciones y eso supieron gestionarlo mejor los de Stevens, pese a que es un estilo que casa mucho con el juego demostrado por Miami durante toda la temporada. Boston supo explotar mejor sus virtudes en ataque, aprovechando la gran cantidad de tiradores versátiles que tiene su roster y arrancaron mejor el partido, con un plan de juego mucho más definido. Smart y Tatum sobresalieron por encima de los demás y permitieron a Boston llegar a manejar ventajas por encima del doble de puntos que su rival. Pese a ello, un último arreón de Miami dejó un sabor agridulce en los Celtics.
Esa sensación de contrariedad quedó ratificada en el segundo cuarto, en el que Miami pagó a los Celtics con la misma medicina que les había dejado tocados en el arranque del choque. Miami encontró la velocidad y fluidez en la circulación de balón y cambió su sistema defensivo a una defensa zonal. Además los de Spoelstra buscaron nuevas alternativas en la construcción del juego, echando mano durante mucho tiempo de la versatilidad e inteligencia de Adebayo, que pese a ser un pívot demostró su enorme capacidad de repartir juego.
Junto a él se reivindicó un excelso Dragic, quien sostuvo durante gran parte del primer cuarto a su equipo, el esloveno se marchó al descanso con 16 puntos y un 70% de acierto. A él le secundaron Crowder, explotando su capacidad anotadora desde el perímetro, y aparecieron también los primeros brotes verdes de Butler. Más allá del cambio de actitud y de planteamiento de Miami, Boston pagó la falta de compañía a nivel de anotación para Tatum y Smart. Brown aparecía con cuentagotas y Walker estaba desaparecido en combate.
A ello, se le añadió el hecho de que Stevens daba la sensación de no tener claro el planteamiento del partido y dio varios bandazos, pasando de jugar con un pívot marcado como Theis a darle mucho peso específico a Wanamaker, que pese a todo terminó el partido con 11 puntos en 24 minutos. El partido se marchaba al descanso empatado y con todo por decidir. El arranque del tercer cuarto dejó más que nunca la sensación de igualdad y de grandes alternativas con parciales muy cortos. Sin embargo, en los tres últimos minutos, los Celtics rompieron el choque con un parcial de 15-4, liderados por los 8 puntos de Tatum, cerraban el tercer parcial con 12 puntos de ventaja para los terceros del Este, lo que parecía una renta muy manejable para un último cuarto.
Sin embargo contra todo pronóstico, Miami volvió a rehacerse y darle la vuelta con un último cuarto en el que volvió a rozar la perfección defensiva, apenas encajó 23 puntos, y en el que volvió a encontrar el acierto coral de sus jugadores. Aparecieron Robinson y Herro con su descaro y talento compulsivo de mirar el aro desde el perímetro, la incansable acertada dirección de juego de Dragic, que con asistencias y comandando de forma soberbia a su equipo en las transiciones fue decisivo, Adebayo, con su importancia en la circulación de juego desde la pintura, y Butler, que con un triple decisivo sobre la esquina parecía que le daría el triunfo a su equipo. Sin embargo, una falta sin venir a cuento de Jones, sin el balón en juego y a 22 segundos del final, condenó a Miami a jugar la prórroga.
Pese a ello, Miami demostró mayor capacidad física y fortaleza mental en los cinco minutos de prórroga y supo gestionar los momentos de dificultad en un momento peliguado de la serie. Crowder, acertado desde el perímetro, Butler, con una entrada a canasta agónica, y Adebayo, con un tapón que puede terminar siendo clave en el devenir de la serie sobre Tatum, decantaron la balanza en favor de los Spoelstra. De esta forma, el aspirante y el equipo que volvía a una final de Conferencia desde 2014 vuelve a tomar la delantera en una serie esta temporada y medirá la capacidad de reacción de Boston, que no había tenido que remar contra corriente hasta el momento.
El resurgimiento de la mejor versión de Kemba Walker y de Jaylen Brown se presumen decisivos para lo que resta de serie en los intereses de los de Stevens. Pese a su papel fundamental en las jugadas clave, los números de Butler, que pese a todo se quedó en 20 puntos, estuvieron lejos del líder de un equipo que aspira al anillo. Pese a todo, tiró de galones y supo aparecer cuando tocaba. En la madrugada del jueves al viernes, a la 01:00 hora española, se producirá el segundo capítulo de la serie. Un triunfo de Miami puede ser demasiado peligroso y empezar a adquirir tintes de decisivo.
Pablo Villa
As
El aspirante se adelanta primero. Celtics y Heat abrían una final de Conferencia para la historia. Ningún equipo que no hubiese finalizado la temporada regular entre los dos primeros había jugado una final de Conferencia en el Este. Hubo que esperar a la temporada del coronavirus para romper ese registro. Lejos de defraudar, la serie empieza con sorpresa. Miami encontró la precisión en el tiro bajo presión de Butler y la intensidad defensiva de Adebayo para cimentar un triunfo (114-117) que certificaron tras una prórroga agónica. Una victoria que en el arranque del último cuarto parecía una utopía.
La primera parte estuvo marcada por dos cuartos totalmente heterogéneos, tanto en sensaciones como en el nivel de acierto de ambos equipos. Los de Stevens arrancaron el encuentro con un orden y una disciplina defensiva fuera de lo común en un partido de esta exigencia. Una gran defensa zonal con constantes intercambios de marcas cimentaron unos primeros 12 minutos en los que los de Boston apenas concedieron 18 puntos y dejaron en un pobre 27,3% en tiros de campo a los de Spoelstra.
A ese orden defensivo, se le añadió un gran juego dinámico en ataque. El partido arrancó con un ritmo muy alto, sin apenas interrupciones y eso supieron gestionarlo mejor los de Stevens, pese a que es un estilo que casa mucho con el juego demostrado por Miami durante toda la temporada. Boston supo explotar mejor sus virtudes en ataque, aprovechando la gran cantidad de tiradores versátiles que tiene su roster y arrancaron mejor el partido, con un plan de juego mucho más definido. Smart y Tatum sobresalieron por encima de los demás y permitieron a Boston llegar a manejar ventajas por encima del doble de puntos que su rival. Pese a ello, un último arreón de Miami dejó un sabor agridulce en los Celtics.
Esa sensación de contrariedad quedó ratificada en el segundo cuarto, en el que Miami pagó a los Celtics con la misma medicina que les había dejado tocados en el arranque del choque. Miami encontró la velocidad y fluidez en la circulación de balón y cambió su sistema defensivo a una defensa zonal. Además los de Spoelstra buscaron nuevas alternativas en la construcción del juego, echando mano durante mucho tiempo de la versatilidad e inteligencia de Adebayo, que pese a ser un pívot demostró su enorme capacidad de repartir juego.
Junto a él se reivindicó un excelso Dragic, quien sostuvo durante gran parte del primer cuarto a su equipo, el esloveno se marchó al descanso con 16 puntos y un 70% de acierto. A él le secundaron Crowder, explotando su capacidad anotadora desde el perímetro, y aparecieron también los primeros brotes verdes de Butler. Más allá del cambio de actitud y de planteamiento de Miami, Boston pagó la falta de compañía a nivel de anotación para Tatum y Smart. Brown aparecía con cuentagotas y Walker estaba desaparecido en combate.
A ello, se le añadió el hecho de que Stevens daba la sensación de no tener claro el planteamiento del partido y dio varios bandazos, pasando de jugar con un pívot marcado como Theis a darle mucho peso específico a Wanamaker, que pese a todo terminó el partido con 11 puntos en 24 minutos. El partido se marchaba al descanso empatado y con todo por decidir. El arranque del tercer cuarto dejó más que nunca la sensación de igualdad y de grandes alternativas con parciales muy cortos. Sin embargo, en los tres últimos minutos, los Celtics rompieron el choque con un parcial de 15-4, liderados por los 8 puntos de Tatum, cerraban el tercer parcial con 12 puntos de ventaja para los terceros del Este, lo que parecía una renta muy manejable para un último cuarto.
Sin embargo contra todo pronóstico, Miami volvió a rehacerse y darle la vuelta con un último cuarto en el que volvió a rozar la perfección defensiva, apenas encajó 23 puntos, y en el que volvió a encontrar el acierto coral de sus jugadores. Aparecieron Robinson y Herro con su descaro y talento compulsivo de mirar el aro desde el perímetro, la incansable acertada dirección de juego de Dragic, que con asistencias y comandando de forma soberbia a su equipo en las transiciones fue decisivo, Adebayo, con su importancia en la circulación de juego desde la pintura, y Butler, que con un triple decisivo sobre la esquina parecía que le daría el triunfo a su equipo. Sin embargo, una falta sin venir a cuento de Jones, sin el balón en juego y a 22 segundos del final, condenó a Miami a jugar la prórroga.
Pese a ello, Miami demostró mayor capacidad física y fortaleza mental en los cinco minutos de prórroga y supo gestionar los momentos de dificultad en un momento peliguado de la serie. Crowder, acertado desde el perímetro, Butler, con una entrada a canasta agónica, y Adebayo, con un tapón que puede terminar siendo clave en el devenir de la serie sobre Tatum, decantaron la balanza en favor de los Spoelstra. De esta forma, el aspirante y el equipo que volvía a una final de Conferencia desde 2014 vuelve a tomar la delantera en una serie esta temporada y medirá la capacidad de reacción de Boston, que no había tenido que remar contra corriente hasta el momento.
El resurgimiento de la mejor versión de Kemba Walker y de Jaylen Brown se presumen decisivos para lo que resta de serie en los intereses de los de Stevens. Pese a su papel fundamental en las jugadas clave, los números de Butler, que pese a todo se quedó en 20 puntos, estuvieron lejos del líder de un equipo que aspira al anillo. Pese a todo, tiró de galones y supo aparecer cuando tocaba. En la madrugada del jueves al viernes, a la 01:00 hora española, se producirá el segundo capítulo de la serie. Un triunfo de Miami puede ser demasiado peligroso y empezar a adquirir tintes de decisivo.