Sin Kepa… el Chelsea tampoco gana

El equipo de Lampard igualó en el minuto 93 un partido que llegó a ir perdiendo ante un recién ascendido que aún no conoce la victoria esta temporada.

Alberto Muñoz
Sin Kepa sobre el terreno de juego, a ver a quién culpa ahora Lampard del empate de los suyos ante un recién ascendido como el West Bromwich Albion. Y es que, lo malo de centrar todas las críticas en un solo jugador, es que, una vez que ya no está, hay que buscar nuevos culpables. Ni los 200 millones de euros invertidos este verano, ni la debilidad del rival, que venía de dos derrotas en su regreso a la Premier, ni tampoco la ausencia del español, que está en el disparadero, ayudaron a los 'blues' a conseguir tres puntos que eran muy necesarios para cargar al equipo de razones, y solo un agónico tanto de Abraham en el 93 pudo salvar los muebles.

Y todo ello pese a que no puede decirse que los londinenses hiciesen un mal partido, pero, en defensa, hoy fallaron otros como Thiago Silva, que regaló un gol en su debut en la liga inglesa y tuvo que terminar siendo sustituido por Azpilicueta para evitar que la sangría fuese mayor. Los 'albions', de hecho, consiguieron ponerse con un contundente tres a cero en la primera mitad, un marcador que sonrojaba a propios y extraños y que disparaba todas las alarmas. La lluvia de millones del Chelsea se estrellaba entonces contra el larguero, como le pasó a un disparo de Werner, o contra los asientos vacíos, como le ocurrió a Abraham, que envió un balón a la grada cuando lo tenía todo para marcar.

A Lampard se le empezaba a poner cara de situación, y no porque Willy estuviese haciendo un mal partido, simplemente porque empezaba a quedar claro que una parte de los goles que encajan sus porteros vienen de la inconsistente estructura defensiva. En la segunda mitad, seguramente tras una charla motivacional que debió sacudir a los Havertz y compañía, Mount, que fue uno de los más activos, inició el camino de la remontada.

Hudson-Odoi, que había entrado desde el banquillo, protagonizó una fabulosa conexión con el alemán para poner el segundo y Abraham, que el año pasado fue el máximo goleador de los suyos, certificó un empate que salva ligeramente la cara de los suyos pero que hace pensar que los problemas en este Chelsea van mucho más allá de Kepa.


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