RAPTORS 99 - 102 CELTICS (0-1) / Smart deja tiritando al campeón
El jugador de los Celtics hizo de todo, explotó desde el triple en el último cuarto y llevó en volandas a los suyos hasta el 2-0. Los Raptors, contra las cuerdas.
Alberto Clemente
As
"Tenemos un equipo duro, comprometido y unido. Si nos ganan, es porque han sido mejores, no por otra cosa". Eran las palabras de Brad Stevens en la previa del segundo partido de las semifinales de la Conferencia Este. Ese que los Celtics afrontaban en una situación similar a la del año pasado, cuando empezaron ganando a los Bucks en la misma ronda. Por eso precisamente preguntaban a Stevens en rueda de prensa, un año después de pasar, igual que ahora, con un sweep la primera ronda e iniciar la segunda con victoria. El final de la historia de la 2018-19 es de sobra conocido y el mensaje de Stevens, eso de tenemos duro, competitivo y unido, es una clara referencia a cómo está Boston este año... y cómo estaban por aquel entonces.
Desde luego, ahora los Celtics vuelven a parecer el equipo unido y competitivo que llegó a las finales del Este de 2018 de una manera tan inopinada como merecida. Quizá fuera cosa de Kyrie ese bache en el camino de un proyecto que ve el anillo al final del túnel, a pesar de que nunca estén entre los favoritos claros al título al inicio de temporada. La ciudad de Boston no ve el anillo desde 2008 y no llega a unas Finales desde 2010, pero ahora parecen lo suficientemente maduros como para acabar con los fantasmas del pasado, ya sean Kyrie o LeBron y su eterna (y eternizada) sombra y redimirse de ese curso en el que, en palabras de un intelectual como Jaylen Brown, no estaban preparados "para tanto circo".
El hacedor Stevens y el ejecutor Smart
La victoria de esta noche ante el campeón ha estado cimentada en torno a dos hombres: Brad Stevens y Marcus Smart. El primero ha vuelto a ganar la batalla táctica a otro genio como Nick Nurse y se va con dos victorias consecutivas que sin coronavirus habrían sido (o igual no habrían sido) en Canadá. La ausencia de esa ventaja de campo deja con una posibilidad a los Raptors, que llegaron a tener una ventaja de 12 puntos en el tercer cuarto que dejaron escapar ante unos Celtics que jamás desfallecieron. Ahí reside el mérito de un Stevens que sigue demostrando tener infinidad de recursos en su privilegiado cerebro, constatando además que lo del año pasado le sobrepasó a nivel social (y a nivel Kyrie) y no en el aspecto táctico, donde ha demostrado mucho más que su rival en el banquillo de esas semifinales, hoy (y casi siempre) cuestionado: Mike Budenholzer. Stevens impide correr a unos Raptors que han encontrado más respuestas que en el primer encuentro pero se han ido con más dudas, tiene una plantilla en la que cualquier jugador es capaz de frenar a cualquier rival, deja hacer en el clutch time y desarrolla en pista un ataque colaborativo y una defensa llena de cambios en la que explota las pocas debilidades del rival.
El segundo protagonista es Marcus Smart. Y sería injusto decir que solo lo es de este encuentro. El base es una referencia en la franquicia, una de las voces autorizadas en el vestuario y un líder dentro y fuera de la pista. Esta noche se ha ido a 19 puntos, 16 de ellos en el último periodo merced a 5 triples consecutivos (el último de ellos con falta incluida) que han dinamitado un partido que los Raptors comandaban. Es la voz de la razón, el que pide calma a sus compañeros y habla en los tiempos muertos, además de defender de una manera brutal y de ser una losa bien firme a la que ni siquiera Pascal Siakam mueve en el poste. Él ha sido el que ha liderado el parcial final de unos Celtics que se mantuvieron en la primera mitad antes de ir a remolque en el tercer cuarto. En el último, 32-21, con problemas para los canadienses y un Nick Nurse que tuvo a Anubony, con 20 puntos, de máximo anotador, un claro síntoma en un equipo en el que VanVleet (19) fue de más a menos y finalizó con 3 de 12 en triples y Lowry se quedó en 16 con 0 de 7. Y Siakam, en 17, atacando más el aro al principio pero sin encontrar respuestas en los momentos calientes de encuentro, siempre con Smart (cómo no), delante.
Lo que no hicieron VanVleet ni Lowry sí lo hizo Kemba Walker (17+6+4), meterlas al final a pesar de no estar acertado. Ese sustituto de Kyrie con menos calidad y más cabeza fue el que anotó un tiro en suspensión que le daba tres de ventaja a su equipo dentro del último minuto. Aguantaron hasta el final los Celtics y el tiro a la desesperada de VanVleet, con Nurse sin tiempos muertos, acabó certificando la victoria verde. Jaylen Brown se fue a 16 tantos y Theis, que disputó de pívot los minutos clave, a 3+9. Con buenos minutos de Robert Williams III (11+4), que con sus 2,27 de envergadura da la sensación de estar en todas partes. Ah, y 34 puntos de Tatum (+8+6), récord personal en playoffs. Poco más que añadir y mucho por hacer para Nurse, que todavía tiene otro envite y una oportunidad, probablemente la última (jamás se ha remontado un 3-0), para meterse en la serie. Problemas para el campeón. Y mucho mérito para los Celtics, con Stevens a la cabeza y Marcus Smart como genio y figura.
Alberto Clemente
As
"Tenemos un equipo duro, comprometido y unido. Si nos ganan, es porque han sido mejores, no por otra cosa". Eran las palabras de Brad Stevens en la previa del segundo partido de las semifinales de la Conferencia Este. Ese que los Celtics afrontaban en una situación similar a la del año pasado, cuando empezaron ganando a los Bucks en la misma ronda. Por eso precisamente preguntaban a Stevens en rueda de prensa, un año después de pasar, igual que ahora, con un sweep la primera ronda e iniciar la segunda con victoria. El final de la historia de la 2018-19 es de sobra conocido y el mensaje de Stevens, eso de tenemos duro, competitivo y unido, es una clara referencia a cómo está Boston este año... y cómo estaban por aquel entonces.
Desde luego, ahora los Celtics vuelven a parecer el equipo unido y competitivo que llegó a las finales del Este de 2018 de una manera tan inopinada como merecida. Quizá fuera cosa de Kyrie ese bache en el camino de un proyecto que ve el anillo al final del túnel, a pesar de que nunca estén entre los favoritos claros al título al inicio de temporada. La ciudad de Boston no ve el anillo desde 2008 y no llega a unas Finales desde 2010, pero ahora parecen lo suficientemente maduros como para acabar con los fantasmas del pasado, ya sean Kyrie o LeBron y su eterna (y eternizada) sombra y redimirse de ese curso en el que, en palabras de un intelectual como Jaylen Brown, no estaban preparados "para tanto circo".
El hacedor Stevens y el ejecutor Smart
La victoria de esta noche ante el campeón ha estado cimentada en torno a dos hombres: Brad Stevens y Marcus Smart. El primero ha vuelto a ganar la batalla táctica a otro genio como Nick Nurse y se va con dos victorias consecutivas que sin coronavirus habrían sido (o igual no habrían sido) en Canadá. La ausencia de esa ventaja de campo deja con una posibilidad a los Raptors, que llegaron a tener una ventaja de 12 puntos en el tercer cuarto que dejaron escapar ante unos Celtics que jamás desfallecieron. Ahí reside el mérito de un Stevens que sigue demostrando tener infinidad de recursos en su privilegiado cerebro, constatando además que lo del año pasado le sobrepasó a nivel social (y a nivel Kyrie) y no en el aspecto táctico, donde ha demostrado mucho más que su rival en el banquillo de esas semifinales, hoy (y casi siempre) cuestionado: Mike Budenholzer. Stevens impide correr a unos Raptors que han encontrado más respuestas que en el primer encuentro pero se han ido con más dudas, tiene una plantilla en la que cualquier jugador es capaz de frenar a cualquier rival, deja hacer en el clutch time y desarrolla en pista un ataque colaborativo y una defensa llena de cambios en la que explota las pocas debilidades del rival.
El segundo protagonista es Marcus Smart. Y sería injusto decir que solo lo es de este encuentro. El base es una referencia en la franquicia, una de las voces autorizadas en el vestuario y un líder dentro y fuera de la pista. Esta noche se ha ido a 19 puntos, 16 de ellos en el último periodo merced a 5 triples consecutivos (el último de ellos con falta incluida) que han dinamitado un partido que los Raptors comandaban. Es la voz de la razón, el que pide calma a sus compañeros y habla en los tiempos muertos, además de defender de una manera brutal y de ser una losa bien firme a la que ni siquiera Pascal Siakam mueve en el poste. Él ha sido el que ha liderado el parcial final de unos Celtics que se mantuvieron en la primera mitad antes de ir a remolque en el tercer cuarto. En el último, 32-21, con problemas para los canadienses y un Nick Nurse que tuvo a Anubony, con 20 puntos, de máximo anotador, un claro síntoma en un equipo en el que VanVleet (19) fue de más a menos y finalizó con 3 de 12 en triples y Lowry se quedó en 16 con 0 de 7. Y Siakam, en 17, atacando más el aro al principio pero sin encontrar respuestas en los momentos calientes de encuentro, siempre con Smart (cómo no), delante.
Lo que no hicieron VanVleet ni Lowry sí lo hizo Kemba Walker (17+6+4), meterlas al final a pesar de no estar acertado. Ese sustituto de Kyrie con menos calidad y más cabeza fue el que anotó un tiro en suspensión que le daba tres de ventaja a su equipo dentro del último minuto. Aguantaron hasta el final los Celtics y el tiro a la desesperada de VanVleet, con Nurse sin tiempos muertos, acabó certificando la victoria verde. Jaylen Brown se fue a 16 tantos y Theis, que disputó de pívot los minutos clave, a 3+9. Con buenos minutos de Robert Williams III (11+4), que con sus 2,27 de envergadura da la sensación de estar en todas partes. Ah, y 34 puntos de Tatum (+8+6), récord personal en playoffs. Poco más que añadir y mucho por hacer para Nurse, que todavía tiene otro envite y una oportunidad, probablemente la última (jamás se ha remontado un 3-0), para meterse en la serie. Problemas para el campeón. Y mucho mérito para los Celtics, con Stevens a la cabeza y Marcus Smart como genio y figura.