¿Qué se vio de la mano de Soso en el primer partido?
El entrenador tuvo su debut en el banco azulgrana y su equipo mostró algo de lo que él pretende...
Es prácticamente imposible, y principalmente injusto, hacer
un análisis exhaustivo de cualquier equipo en su primer amistoso después de un
parate XXL. Mucho más aún cuando hay un nuevo entrenador que lleva más tiempo
trabajando de manera virtual que presencial. El partido que San Lorenzo tuvo
ante Gimnasia este miércoles fue el puntapié inicial de la era Soso y, si bien
no es medida como para generar opiniones determinantes, pueden encontrarse
algunas intenciones del DT que quedaron a la vista.
En la hora que duró el primer partido, que tuvo en cancha a
la mayoría de los jugadores que pintan para titulares (faltaron los Romero,
Coloccini, Piatti y Torrico, por ejemplo), hubo muchos más que un empate sin
goles.
De entrada, el objetivo de jugar en campo rival apareció
como una constante. Sumar mucha gente en ataque, llegar al área con no menos de
tres o cuatro futbolistas a pesar de que la formación inicial solamente
presentaba un delantero natural y tener al arquero, Monetti en este caso, y a
los centrales (Gattoni, de buen partido, y Donatti) bien adelantados, casi en
mitad de cancha; fue una imagen repetida.
Un equipo corto, tanto en ataque como en defensa. Esa
pareció ser la premisa principal del entrenador. Porque cuando la pelota era
del Lobo, Di Santo se alejaba de Broun y retrocedía más allá de la mitad de
cancha para colaborar.
El doble cinco conformado por Diego Rodríguez (viejo
conocido del DT en los tiempos de Defensa y Justicia lució la cinta de capitán)
y Lucas Menossi quizás haya sido de lo más destacado del equipo. El Torito
siempre bien posicionado y el ex Tigre con obligaciones de conductor, aunque es
cierto que con algunas imprecisiones, probablemente producidas por la falta de
competencia, parecieron dominar el idioma que se habla en el banco.
Está claro que Soso pretende que su equipo tenga la pelota el mayor tiempo posible, que la recuperación sea rápida pero que la posesión no sea inerte. Enseguida hay que apuntar a ubicarse cerca del arco de enfrente. Entonces, la salida es elegante pero veloz y la pausa se hace en la otra mitad de la cancha. En ese aspecto es importante el 9, en este caso el mendocino recién llegado, para pivotear y colaborar en la generación de espacios.
“Sabíamos que iba a ser difícil que se mostrara la idea de
una manera más nítida, pero en principio las conclusiones son buenas”, afirmó
el técnico luego del 0-0. Tiene por mejorar, por supuesto. Esto recién arranca.
El peso ofensivo, la profundidad del ataque y la definición pueden haber sido
las materias pendientes de esta primera prueba. Pero es innegable que la idea
está clara y que, si consigue ajustar algunos detalles, tiene plantel como para
alcanzar a consolidar un buen equipo.