Qué Boca se verá ante Libertad

La larga inactividad y la ausencia de Villa obligan a Russo a retocar su plan de juego para jugar la Copa. Seguramente habrá menos explosión y se perfila un 4-4-2 para armar un equipo más compacto. El análisis de Olé.

Olé
El Boca de Russo, el del primer trimestre de este año pre-pandemia, se había mostrado como un equipo explosivo. El triángulo Andrada-López-Izquierdoz siguió igual de sólido que en la era Alfaro pero Miguel le añadió a un movedizo Campuzano como volante central y apostó a hacer daño por las bandas. Los tándems Buffarini-Salvio y los recuperados Fabra-Villa aportaron amplitud, profundidad y ataque vertical. El Boca campeón del torneo local dejó la impronta de un juego directo, con un marcado cambio de ritmo. Hoy, a dos días de jugar ante Libertad en el regreso de la Copa Libertadores, el DT no cuenta con la velocidad de Villa y tiene a un plantel con seis meses de inactividad a cuestas y sin una larga secuencia de entrenamientos normales producto de hisopados, tests de RCP y casos positivos. La pregunta que surge, entonces, es: ¿qué Boca veremos el jueves en Paraguay?


En la intimidad del cuerpo técnico reconocen que el equipo no llega en su mejor condición física. Eso sumado al interrogante futbolístico, claro. Boca no disputó un solo amistoso y deberá enfrentar por los puntos a un rival que ya suma 11 partidos oficiales desde que se reanudó el campeonato paraguayo en julio pasado. Es por eso que se intuye un plan de juego que contemple este contexto inédito. En ese sentido, las pistas de Russo en cuanto a la formación sugieren esa retoque. El entrenador probó este martes con Nicolás Capaldo entre los 11 en lugar de Villa, quien no jugará mientras no se resuelva su situación judicial. Claro que el cambio incluye una modificación en el dibujo táctico. Sería un 4-4-2, con Salvio y Pol Fernández abiertos y con la dupla Campuzano-Capaldo por el centro.

En lugar de buscar el golpe por golpe, seguramente veremos a un Boca menos explosivo y más compacto. Un Boca que intentará aprovechar los espacios que pueda dejar Libertad cuando pase al ataque pero que dosificará los esfuerzos para compensar el déficit físico. Para ello resultará clave ser un equipo corto, que reduzca los espacios entre sus líneas. Un bloque tanto para defender como para atacar. Esa estrategia permitirá que ningún jugador deba realizar largos recorridos. El trabajo colectivo, siempre importante en todo partido, tendrá un rol fundamental. ¿Habrá presión alta? Difícil. Quizás en alguna jugada puntual. Tevez y su acompañante (posiblemente Soldano) presionarían más cerca de la mitad de la cancha que del área rival. El objetivo será no correr detrás de la pelota (aunque el rival no se caracteriza por hacerla circular) y distribuirla bien cuando logre la tenencia. En síntesis, el desafío en Asunción será ser competitivo pero adaptándose al contexto.

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