¿Por qué Borré está listo para ir a Europa?
El colombiano de River dejó abiertas las puertas de su salida: una cláusula de su contrato podría favorecer el éxodo. Él se mentalizó para que, cuando le toque, el salto no lo afecte como la primera vez.
Olé
Cuando Rafael Santos Borré dijo que “estamos ahí, viendo qué pasa” en diálogo con Radio Caracol, lo hizo conociendo el contexto: el delantero de River está al tanto de que es un apellido que suena en el mercado europeo, aun cuando los contactos que hubo con su agente no han pasado de una intención verbal para conocer condiciones contractuales (Lazio, Betis, Porto y Crystal Palace, algunos de los que sobrevolaron). No se oficializaron propuestas aunque sí existen llamados constantemente. Por eso, aunque al regresar a la Argentina luego de realizar la cuarentena en Colombia el Máquina reconoció que "no estoy apurado para tomar ninguna decisión" y que está "feliz en River", también sabe que hay pretendientes consultando por él y que la posibilidad de un salto hacia el otro lado del Atlántico está latente. Y existe expectativa por una posibilidad de traspaso que, de no darse en esta ventana, será en la de diciembre: las cláusulas incluidas al momento de su contratación no ofrecen demasiado margen.
Porque el colombiano de 26 años tiene contrato en River hasta junio de 2021. Sin embargo, para renovárselo el club está obligado -según el convenio entre partes firmado en 2017- a comprarle al Atlético Madrid otro 25% de su ficha en 3,5 millones de euros. Una inversión que escapa a las posibilidades económicas actuales de un club que -contrariamente- necesita vender para equilibrar finanzas.
Asimismo, la opción de recompra que puede ejecutar el equipo madrileño también puede servir de puente para su éxodo: tiene la potestad de recuperar el 50% de los derechos económicos de Borré, los que le vendió a River en 2017, pagando € 7.000.000, previo OK del futbolista (desde España intentaron ejecutar esta opción en enero cuando el Celta lo buscó; Rafa prefirió quedarse a pelear la Superliga). Resulta inverosímil creer en ese contexto que cualquier club -y en plena recesión- elija pagar la cláusula de rescisión de Rafa (30.000.000 de euros) cuando puede ficharlo negociando directamente con el Atleti, que también buscará hacer su negocio.
Borré se ha puesto a punto específicamente para este potencial reto europeo. Ha aprendido de su primera experiencia del otro lado del Atlántico, que lo encontró sin la madurez física ni emocional como para aprovecharla. Ni en Madrid ni en Villarreal logró continuidad. Incluso pensó en el retiro. Entonces, no quiere revivir aquello. Por eso afinó su preparación para ser más potente, más compacto y resistente.
El paso por el fútbol argentino, de exigente preparación, perfeccionó a Borré. A su vez, con su personal trainer sumó trabajos de velocidad y fuerza para mejorar su rendimiento, buscando volverse un futbolista mucho más completo. “Quiere ser un goleador top”, cuentan desde su entorno, desde donde incluso deslizaron que él siente que es el momento para ser transferido. Adoptando objetivos cortoplacistas ayudado por su coach y entrenador personal, Jaime Pabón, el delantero de River fue superándose: quiso ser titular, lo es; aspiró a ser goleador, lo fue de la Superliga (junto a Silvio Romero, 12 goles); deseó ganar una Libertadores, la consiguió; apuntó a volver al radar de la selección de Colombia y Carlos Queiroz ya lo contempla como variante.
El próximo paso es Europa. En este período de transferencias todavía hay handicap para que aparezcan ofertas tentadoras: las ligas más importantes aún tienen entre 30 y 40 días más hasta el cierre de sus respectivos mercados. River por el momento no recibió propuestas oficiales. Es posible que la Máquina del tiempo, a corto o mediano plazo, lo termine llevando su deseado destino.
Olé
Cuando Rafael Santos Borré dijo que “estamos ahí, viendo qué pasa” en diálogo con Radio Caracol, lo hizo conociendo el contexto: el delantero de River está al tanto de que es un apellido que suena en el mercado europeo, aun cuando los contactos que hubo con su agente no han pasado de una intención verbal para conocer condiciones contractuales (Lazio, Betis, Porto y Crystal Palace, algunos de los que sobrevolaron). No se oficializaron propuestas aunque sí existen llamados constantemente. Por eso, aunque al regresar a la Argentina luego de realizar la cuarentena en Colombia el Máquina reconoció que "no estoy apurado para tomar ninguna decisión" y que está "feliz en River", también sabe que hay pretendientes consultando por él y que la posibilidad de un salto hacia el otro lado del Atlántico está latente. Y existe expectativa por una posibilidad de traspaso que, de no darse en esta ventana, será en la de diciembre: las cláusulas incluidas al momento de su contratación no ofrecen demasiado margen.
Porque el colombiano de 26 años tiene contrato en River hasta junio de 2021. Sin embargo, para renovárselo el club está obligado -según el convenio entre partes firmado en 2017- a comprarle al Atlético Madrid otro 25% de su ficha en 3,5 millones de euros. Una inversión que escapa a las posibilidades económicas actuales de un club que -contrariamente- necesita vender para equilibrar finanzas.
Asimismo, la opción de recompra que puede ejecutar el equipo madrileño también puede servir de puente para su éxodo: tiene la potestad de recuperar el 50% de los derechos económicos de Borré, los que le vendió a River en 2017, pagando € 7.000.000, previo OK del futbolista (desde España intentaron ejecutar esta opción en enero cuando el Celta lo buscó; Rafa prefirió quedarse a pelear la Superliga). Resulta inverosímil creer en ese contexto que cualquier club -y en plena recesión- elija pagar la cláusula de rescisión de Rafa (30.000.000 de euros) cuando puede ficharlo negociando directamente con el Atleti, que también buscará hacer su negocio.
Borré se ha puesto a punto específicamente para este potencial reto europeo. Ha aprendido de su primera experiencia del otro lado del Atlántico, que lo encontró sin la madurez física ni emocional como para aprovecharla. Ni en Madrid ni en Villarreal logró continuidad. Incluso pensó en el retiro. Entonces, no quiere revivir aquello. Por eso afinó su preparación para ser más potente, más compacto y resistente.
El paso por el fútbol argentino, de exigente preparación, perfeccionó a Borré. A su vez, con su personal trainer sumó trabajos de velocidad y fuerza para mejorar su rendimiento, buscando volverse un futbolista mucho más completo. “Quiere ser un goleador top”, cuentan desde su entorno, desde donde incluso deslizaron que él siente que es el momento para ser transferido. Adoptando objetivos cortoplacistas ayudado por su coach y entrenador personal, Jaime Pabón, el delantero de River fue superándose: quiso ser titular, lo es; aspiró a ser goleador, lo fue de la Superliga (junto a Silvio Romero, 12 goles); deseó ganar una Libertadores, la consiguió; apuntó a volver al radar de la selección de Colombia y Carlos Queiroz ya lo contempla como variante.
El próximo paso es Europa. En este período de transferencias todavía hay handicap para que aparezcan ofertas tentadoras: las ligas más importantes aún tienen entre 30 y 40 días más hasta el cierre de sus respectivos mercados. River por el momento no recibió propuestas oficiales. Es posible que la Máquina del tiempo, a corto o mediano plazo, lo termine llevando su deseado destino.