Odegaard, el heredero

El noruego, en su primera temporada en el primer equipo, tendrá la oportunidad de aprender del magisterio de Luka Modric.

Mario de la Riva
As
Pocos futbolistas tienen el privilegio de aprender de primera mano de un Balón de Oro. Martin Odegaard disfrutará de ello por partida doble este año en el Madrid. En el banquillo tendrá a Zinedine Zidane y sobre el césped, en los partidos y los entrenamientos, podrá empaparse del magisterio de Modric en el terreno de juego. La dificultad para acometer traspasos en el contexto de la pandemia ha convertido el regreso del noruego en el fichaje del verano blanco (unido a los repescados Lunin y Odriozola). Después de tres años y medio adquiriendo experiencia en Holanda y la Real, al nórdico le ha llegado la hora de volver para quedarse con la misión de iniciar la transición en un centro del campo donde Kroos y Modric ya pasan de la treintena.


Odegaard, que cumplirá 22 años en diciembre, tiene la garantía de que va a disfrutar de minutos en su primera temporada de blanco de pleno derecho. Su rescate es una petición expresa de Zinedine Zidane, convencido de lo que puede aportarle el nórdico, a quien entrenó durante un año en el Castilla. El técnico convenció al jugador de que será una pieza importante en su equipo y no va a tener un papel residual en el equipo. Su rol va a trascender más allá de esos partidos de Copa típicamente reservados para repartir minutos entre los no habituales. Tendrá protagonismo en partidos importantes, en una temporada con un calendario comprimido que requerirá hacer un medido reparto de esfuerzos entre todos los futbolistas. Si avanza de ronda en el torneo del KO y en la Champions, el Madrid jugará tres partidos prácticamente cada semana. Sin respiro.

La presencia de Odegaard permitirá a Zizou un mayor abanico de variantes en su once y en su dibujo. La media fue la línea que le planteó más restricciones la temporada pasada por la escasez de efectivos. Casemiro no tenía recambio específico (sigue sin él) y Valverde era la única alternativa a Kroos y Modric y a las eventuales, y escasas, ausencias del brasileño. Una vez que James cayó en desgracia, al francés sólo le quedaba la opción de Isco para darle una vuelta de tuerca a una medular en la que el francés llegó a probar con los cinco. La posición del malagueño tampoco le será extraña al noruego, que ha jugado ahí en la Real y en sus anteriores equipos. También en el Castilla a las órdenes del propio Zidane (fue durante el año 2015).

Odegaard se ha preparado a conciencia durante el verano para el desafío de su llegada al primer equipo blanco. Pasó parte de sus vacaciones en el centro de alto rendimiento de Sierra Nevada para llegar a la pretemporada en óptimas condiciones. También renunció a acudir con Noruega al parón de selecciones para estar desde el primer día a disposición de Zizou. La primera meta la tiene marcada en un territorio conocido para Martintxo: el Reale Arena (día 20), que fue su casa con la Real la pasada temporada y el escaparate en el que terminó de convencer a Zidane de que tenía un sitio en el vestuario del Madrid.

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