Mucha Gales, poco Bale
Jugó los 90 minutos y recuperó ritmo, pero apenas apareció en el área. Un cabezazo de Neco Williams en el descuento hace a Gales más líder de su grupo.
Sergio López de Vicente
As
El primer disparo a puerta de Bale -y de Gales- fue en el minuto 43. Y eso sería un buen resumen de la primera parte. La prudencia llevada al extremo se apoderó de los dos equipos en la segunda jornada de la Liga de Naciones, convirtiendo el partido de una oda a los pases horizontales y centros inocentes. Poco fútbol. A Gales le valía el empate (vencieron a Finlandia hace 3 días y son líderes de grupo); a Bulgaria tampoco le venía mal (es dar un paso hacia delante y ninguno hacia atrás). Y ya saben que en este deporte cuando un empate vale a ambos, los partidos no son vistosos. Pero en Cardiff los milagros existen.
Los de Giggs, a pesar de ser locales, no agarraron la vara de mando. No es su estilo. Lo es esperar agazapado al paso en falso rival para sacar a relucir la garra. El problema es que la carencia de riesgos lo supone también de errores. Ahí es donde deben aparecer los cracks para desequilibrar y romper líneas, alusión evidente a Bale, que no ejerció la papeleta. El expresso, brazalete firme, hizo una buena muestra de coraje, luchando cada balón dividido y sacrificándose en labores defensivas cuando el contexto lo pedía. Pero de cara a puerta poco o nada.
No tuvo su día ante Finlandia y tampoco lo ha tenido hoy. La más clara para los locales llegó en el 74', cuando Brooks estrelló un balón en la cruceta. Esa acción hizo subir tanto la adrenalina del partido que se convertió en un tímido correcalles, con idas y venidas por parte de ambos, pero poco brillo en las áreas. El gol se haría de rogar, pero llegó en el 93'. Centro medido al segundo palo que cabeceó Neco Williams, el joven de Anfield, para desatar la locura en el banquillo inglés.
Bale jugó los 90 minutos, recuperando ritmo pero no brillo. Giggs le suelta la melena. Ha disputado 135' entre los dos partidos. Ahora, volver a Madrid. Gales sigue haciendo los deberes (no pierde un partido en casa desde noviembre de 2018 y es más líder de su grupo), pero su estrella sigue sin brillar.
Sergio López de Vicente
As
El primer disparo a puerta de Bale -y de Gales- fue en el minuto 43. Y eso sería un buen resumen de la primera parte. La prudencia llevada al extremo se apoderó de los dos equipos en la segunda jornada de la Liga de Naciones, convirtiendo el partido de una oda a los pases horizontales y centros inocentes. Poco fútbol. A Gales le valía el empate (vencieron a Finlandia hace 3 días y son líderes de grupo); a Bulgaria tampoco le venía mal (es dar un paso hacia delante y ninguno hacia atrás). Y ya saben que en este deporte cuando un empate vale a ambos, los partidos no son vistosos. Pero en Cardiff los milagros existen.
Los de Giggs, a pesar de ser locales, no agarraron la vara de mando. No es su estilo. Lo es esperar agazapado al paso en falso rival para sacar a relucir la garra. El problema es que la carencia de riesgos lo supone también de errores. Ahí es donde deben aparecer los cracks para desequilibrar y romper líneas, alusión evidente a Bale, que no ejerció la papeleta. El expresso, brazalete firme, hizo una buena muestra de coraje, luchando cada balón dividido y sacrificándose en labores defensivas cuando el contexto lo pedía. Pero de cara a puerta poco o nada.
No tuvo su día ante Finlandia y tampoco lo ha tenido hoy. La más clara para los locales llegó en el 74', cuando Brooks estrelló un balón en la cruceta. Esa acción hizo subir tanto la adrenalina del partido que se convertió en un tímido correcalles, con idas y venidas por parte de ambos, pero poco brillo en las áreas. El gol se haría de rogar, pero llegó en el 93'. Centro medido al segundo palo que cabeceó Neco Williams, el joven de Anfield, para desatar la locura en el banquillo inglés.
Bale jugó los 90 minutos, recuperando ritmo pero no brillo. Giggs le suelta la melena. Ha disputado 135' entre los dos partidos. Ahora, volver a Madrid. Gales sigue haciendo los deberes (no pierde un partido en casa desde noviembre de 2018 y es más líder de su grupo), pero su estrella sigue sin brillar.