Más testeos para todos en River

Si bien los integrantes del plantel de Gallardo dieron negativo en las pruebas de coronavirus que les tomaron el lunes, en las próximas horas todos serán nuevamente evaluados.

Olé
Pasó el temblor. ¿Pasó el temblor? Por lo pronto, River amaneció este martes con alivio: en la madrugada llegaron los resultados que en el peor escenario podían casi sentenciar las posibilidades ya limitadas del equipo de cara al regreso a la competencia, el 17 en el Morumbí ante el Sao Paulo por la tercera jornada de la fase de grupos de la Copa Libertadores. Los estudios PCR pintaron un panorama aún mejor que el que podían imaginar los más optimistas en el cuerpo médico: ningún caso de Covid-19 en la delegación de 60 personas entre plantel y CT y apenas dos contagios en empleadas del Holiday Inn, que ya salieron de la burbuja y que no tuvieron contacto alguno con el grupo durante estos días. Hasta el doctor Pedro Hansing preveía posibles positivos tras conocer que el entrenador de arqueros Adrián Olivieri tenía coronavirus. Y los resultados llevaron muchísima tranquilidad, al punto de que rápidamente consiguieron el permiso de las autoridades sanitarias del Gobierno para retomar los entrenamientos en el River Camp después de cuatro días en los que los jugadores se mantuvieran completamente aislados en el hotel de Ezeiza, donde desde el fin de semana apenas hicieron algunos ejercicios livianos de mantenimiento al aire libre y con distanciamiento.


Claro, el riesgo a que entre los hisopados del lunes haya algún falso negativo de una persona que estuviera incubando el virus todavía existe y por eso la práctica de este martes por la tarde se dividió en dos turnos y en grupos separados, como se hizo durante las primeras semanas de trabajo fuera de la burbuja: entrada en calor, ejercicios físico-técnicos y tareas separadas para los arqueros. Así sucederá hasta que no haya total seguridad de que nadie está contagiado. Y para eso, después de una interconsulta de Hansing con médicos infectólogos, se decidió que este miércoles -y no jueves como estaba estipulado en un principio- haya otra tanda de exámenes PCR para todos. A partir de allí, y según los resultados de ese segundo análisis, se terminará de definir la logística de trabajo hasta el viaje a Sao Paulo: una posibilidad concreta es que si todos vuelven a dar negativos termine el aislamiento en el hotel, que regresen los entrenamientos en grupos con descanso en los domicilios particulares y que el lunes arranque otra vez la modalidad de burbuja hasta el re-debut por la Libertadores, contra un rival que de cualquier manera le llevará muchísima ventaja de preparación y rodaje.

Lo cierto es que los estudios que se conocieron este martes le ahorraron muchos dolores de cabeza a Gallardo. Porque viendo lo que pasó a tan solo 25 minutos de distancia en la concentración de Boca, con un brote de contagios, nadie desconocía el riesgo que representaba una burbuja pinchada. En River, evidentemente, las cosas se hicieron mejor: la segunda instancia de cuidados dentro del bunker que estableció el cuerpo médico después de asesorarse con funcionarios de la Salud funcionó: de entrada los futbolistas descansaron en habitaciones individuales (en Boca, dobles), no se bañaron en los vestuarios del predio (los primos sí lo hicieron), se siguieron protocolos estrictos de distancia para traslados y comidas, nadie entró ni salió y todos se aislaron ante los primeros síntomas de Olivieri...

Y este martes, luego de conocerse los resultados, eso no cambió. Es más: los futbolistas siguen comiendo en sus habitaciones. Es que saben que el alivio es, por ahora, momentáneo, que no hay que subestimar al virus y que es imposible descartar aún la chance de que esto no esté resuelto.

¿Pasó el temblor, entonces? Sí, pasó, pero River todavía se cuida de posibles réplicas...

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