Los rechazados de Zidane

Madrid, AS 
Si una atribución se le ha dado a Zinedine Zidane desde que llegó al banquillo del Real Madrid, es la de buen gestor de grupos. El reconocimiento de otras virtudes, como la visión táctica o la capacidad para cambiar los partidos a base de cambios, le han costado más trabajo e incluso se le siguen discutiendo a veces, once títulos después. Pero esa buena mano para domar los egos del vestuario, favorecida sin duda por sus galones como uno de los mejores de la historia, no siempre ha dado resultados. Zizou tiene unos cuantos borrones en su (casi) impoluto expediente, Jovic es el último ejemplo de esos futbolistas que el técnico, por falta de actitud, de aptitud o por simple gusto personal, ha rechazado o ignorado en el día a día del Real Madrid.

Bale

El ejemplo más evidente, también el más radical: fue titular en la final de la Champions 2015-16, el primer título de Zidane, pero desde entonces perdió fuelle poco a poco. Por lesión se perdió el tramo decisivo de la 2016-17 (doblete Liga-Champions) y en la 2017-18 Isco le comió definitivamente la tostada, lo que provocó su estallido tras la final de la Champions en Kiev: “Hablaré con mi agente, necesito jugar más”. La marcha de Zidane y la llegada de Lopetegui relajaron la furia del galés, pero el posterior regreso del francés devolvió la situación al punto crítico. Zizou pidió que saliese el verano pasado (“Si se va mañana, mejor”, llegó a decir el técnico, evitando su habitual prudencia); no fue posible y el marsellés lo hizo todo por reintegrar a Bale (titular en seis de las ocho primeras jornadas de LaLiga).

Pero su relación estaba herida de muerte y el bajísimo rendimiento del galés (tres goles y dos asistencias en toda la 2019-20) hizo el resto. Apenas participó tras el confinamiento y no viajó, por deseo propio, a Mánchester. Una situación insostenible que el Madrid resolvió con una cesión al Tottenham, haciéndose cargo del 50% de su enorme salario (14,5 millones netos por curso). Aunque el problema no está solucionado, sólo aplazado: el verano que viene debe volver, tiene contrato hasta 2022. 

James 

El colombiano, tres cuartas partes de lo mismo que Bale. Su aportación fue de más a menos: en la final de la Champions 2015-16 fue suplente, sin minutos; en la de la 2016-17, ni convocado; se marchó cedido dos años al Bayern, que no quiso quedárselo en propiedad; y en la 2019-20, al no encontrar el Madrid quien pagase los 42 millones pedía por él (el Nápoles no llegaba; el Atleti tal vez sí, pero el 3-7 de Nueva Jersey bloqueó esa opción), fue parte de la plantilla y hasta comenzó con minutos y un rendimiento decente. Entre lesiones y poca confianza, James se quedó en 728 minutos, un gol y dos asistencias, en una plantilla corta de efectivos en la medular; el Madrid vio claro que esa herida no se cerraría y liberó al cafetero, que se marchó al Everton con Ancelotti, su gran valedor. 

Zidane y James.

Zidane y James. 

Reguilón

Una cuestión de puro gusto personal: a Zidane no le gusta Reguilón. No le sobraría si no estuviesen Mendy y Marcelo, pero el caso es que están y eso dejaba sin opciones al canterano, que el curso pasado fue cedido al Sevilla, donde triunfó sin paliativos. Tanto que el Tottenham ha pagado 30 millones por él; el Madrid, consciente de que Marcelo (32 años) tiene fecha de caducidad, se ha guardado una opción de recompra para el futuro. Aunque Reguilón ya sabe que, si Zidane sigue en el banquillo, probablemente él también termine sentado en él o en la grada.

Ceballos 

Firmado en el verano de 2017 desde el Betis, Zidane mostró poca confianza en el utrerano durante su primera temporada: apenas 900 minutos. La marcha del entrenador en el verano de 2018 revitalizó las opciones de Ceballos, que se desfogó en ‘Radio Marca’: “Le pregunté por qué no jugaba, no lo entendía. Me dijo que valorase los jugadores que tenía por delante, pero una época estaban lesionados Modric y Kroos y cambió el sistema para poner a otros. Eso te quema y te duele. Quizá no sabía lo que siente un jugador en el banquillo, le servirá para no cometer en el futuro los errores que ha cometido aquí”.

Zidane y Ceballos.

Zidane y Ceballos. 

No sabía el sevillano que volverían a verse las caras en el tramo final de la 2018-19; en las últimas once jornadas, se quedó fuera de la lista en cinco y no tuvo ningún minuto en otras tres. Era evidente que, mientras Zidane mande en el Madrid, Ceballos debe buscarse equipo; se marchó cedido al Arsenal, donde también jugará en la 2020-21.

Marcos Llorente

El actual jugador del Atleti y Zidane ya se conocían del Castilla, donde curiosamente era uno de los más utilizados; fue el segundo futbolista al que más minutos dio el marsellés en el filial blanco. En 2017, regresó de una exitosa cesión en el Alavés para competir con Casemiro por minutos, pero apenas acumuló 1.063 minutos y no fue convocado en seis de los siete partidos de la fase eliminatoria de la Champions.

Mentalizado de que debía hacer las maletas, la renuncia de Zidane le llevó a darse otra oportunidad y, con Solari en el banquillo, Llorente acumuló encuentros y elogios. Pero el argentino cayó, Zidane volvió y dejó claras sus intenciones. “Zidane no ha sido injusto conmigo, cada entrenador tiene sus gustos”, reconocía el futbolista una vez consumado su pase al Atlético a cambio de 30 millones.

Brahim 

Una situación extraña, la del malagueño: en el retorno de Zidane para el tramo final de la 2018-19, contó mucho con Brahim. Participó en ocho de las últimas diez jornadas, siendo titular en cinco, y dio la sensación de que había pasado el corte en aquella suerte de casting de Zizou de cara a la 2019-20. El club le recomendó salir cedido para seguir progresando, pero se negó y su temporada pasada se resume en 206 minutos, un gol y una asistencia. La grada fue para él una tónica habitual, salvo tras el confinamiento, cuando se benefició de la posibilidad de que se convocase a 25 jugadores en cada partido. Brahim entendió que, de momento, lo tiene difícil en el Madrid y aceptó una cesión al Milán. 

Mariano 

Otro caso como el de Llorente: en el Castilla, el delantero marcó 16 goles en 22 partidos a las órdenes de Zidane, que aprobó su subida al primer equipo en la 2016-17. Apenas jugó (302 minutos en los que se salió: cinco goles y dos asistencias) y se fue a Lyon, donde brilló durante un año (21 goles) para ser repescado para el proyecto de Lopetegui.

La vuelta de Zidane y el fichaje de Jovic el verano pasado le dejaron claro que no tenía sitio, pero insistió en quedarse (tiene un salario de 4,5 millones netos por curso que hace difícil colocarle), con el resultado esperado: no ha jugado ni 90 minutos en la 2019-20, marcando un gol. Este verano conversó con el Benfica, pero no llegó a un acuerdo y se niega a moverse, pese a que sabe que no cuenta. Si Jovic termina saliendo, el delantero suplente será Mayoral.

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