Lautaro Martínez, por obligación

La marcha segura de Suárez convierte en imperativo su fichaje. El delantero, objetivo número uno desde final de 2019. La cláusula de 111 millones caducó; hay que pactar con el Inter. El Barça llegó a un acuerdo verbal para firmar hasta 2025.

Juan Jiménez
As
Lautaro Martínez (Bahía Blanca 22-8-1997) ya no es sólo una ilusión para el Barça. Ahora también se ha convertido en obligación. Cortísimo como está el mercado de delanteros del perfil de Luis Suárez, la marcha del uruguayo (más la de Messi, si finalmente se acaba produciendo) exige el fichaje de un sustituto de campanillas porque en la actual plantilla no hay recambio posible y no hay gol. Colocar a Antoine Griezmann de nueve significaría repetir el error que se ha cometió la pasada temporada alejándole de su posición ideal, que es la de enganche con el punta.


A Suárez no lo puede reemplazar un cualquiera. El cazador uruguayo participó en 33 de los 110 goles oficiales que marcó el Barça en la temporada 2019-20, exactamente el 30 por ciento. Y eso que, operado de la rodilla derecha, no pudo ayudar desde principios de enero hasta la declaración del estado de alarma. Eso, por no recordar los 198 goles y las 109 asistencias que ha dado en 283 partidos. Si para considerar la necesidad de fichar a Lautaro, se añaden los goles de Messi, los números se disparan. Messi ha estado en 57 goles de los 110 del Barça en la temporada 2019-20. Juntos, Suárez y Messi participaron en el 67% de los goles. Lautaro es más necesario que nunca.

Su fichaje, sin embargo, no va a ser sencillo. Aunque el Barça avanzó camino llegando a un acuerdo verbal con el jugador para que vistiese la camiseta azulgrana hasta 2025, en un contrato que incluso se podría extender por dos años más, el Inter no va a poner facilidades. Una cláusula abría la puerta al Barça sin pasar por el club neroazzurro, pero era inasumible en estos tiempos de postpandemia. Hasta el 15 de julio, la libertad de Lautaro valía 111 millones de euros. Ahora, el Barça tendrá que pasar por el Inter, que acaba de terminar segundo en la Serie A y ha sido subcampeón en la Europa League. El plan del Inter es seguir creciendo, de manera que no va a facilitar la salida de un futbolista que, además, termina contrato en 2023. Eso significa que puede jugar con los tiempos.

El Barça fijó el pasado mes de octubre de 2019 a Lautaro como objetivo prioritario de la temporada 2020-21, pero tenía cierto margen de maniobra. Si no conseguía el fichaje, Suárez podía agotar su contrato. Pese a que ya no es un jugador exuberante físicamente, seguía siendo fiable y garantizando ciertos números.. El argentino, 23 años recién cumplidos, espera noticias de vacaciones, pero es consciente de que en los próximos días le va a sonar el teléfono. Sus lágrimas al final de la Europa League podían estar anticipando el adiós, aunque aquí la llave la tiene el Inter, que tiene que poner el precio y aceptar a jugadores que el Barça quiera meter en la operación. Vidal o Júnior podrían ayudar.

El Barça confiaba en que el anuncio de la marcha de Suárez espolease al jugador para presionar al Inter y demostrarle su voluntad de jugar en el Barça la próxima temporada. Es la esperanza de Bartomeu. El problema es que uno de los sueños de Lautaro era jugar con Messi, y eso ahora ya no se puede esgrimir como argumento. Eso sí, con la marcha de su compatriota, sería más indiscutible todavía.

Además del caso Messi y del adiós de Suárez, el Barça espera cerrar en los próximos días operaciones de salida que en su día tuvo encarriladas como las de Braithwaite, Todibo, Rafinha o incluso Aleñá, además de la marcha de Arturo Vidal, para conseguir un mordisco de dinero que le permita atacar la operación. La consigna en los despachos de Can Barça es no cerrar ningún fichaje hasta que haya ingresad dinero. Lautaro ha mostrado su predisposición para venir a Barcelona. Con o sin Messi, le ilusiona vestir de azulgrana. En cuanto solucione los casos que ahora le ocupan, el Barça va a poner toda la carne en el asador para traer a un jugador que, junto a Ter Stegen, De Jong y Griezmann consideran clave en el futuro proyecto del Barça 2020-21.

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