La madurez de Odegaard

El noruego ha ganado cinco kilos de músculo desde que llegó en 2015. La temporada pasada participó en más goles que Kroos, Modric, Isco y Valverde. 


Carlos Forjanes
As
Martin Odegaard está cocinado. Del niño noruego que pisó Valdebebas a finales de 2014 para escuchar la oferta madridista al actual futbolista, ahora en la ciudad deportiva como uno más del primer equipo, han pasado casi seis años en los que se ha transformado física pero también mentalmente. Así ha sido el proceso...

"No entiende que lo mejor para él es entrenarse con el Castilla, que sólo tiene 16 años...". Esa frase sonó más de una vez en La Fábrica cuando llegó el prometedor mediapunta desde el Stromsgodset. Su desembarco no fue habitual: de lunes a viernes con el primer equipo, así lo pidió por contrato; los fines de semana jugar con el Castilla. En el filial no gustó su aparente divismo y Zizou, por entonces en el banquillo castillista, habló con el chico y con su padre Hans-Erik para intentar convencerlo de que era mejor que creara química con los compañeros del Castilla. No hubo manera, el Odegaard niño se veía en una cúspide donde no le veían aún ni Ancelotti primero, ni Benítez después ni tampoco el Zidane al mando del Madrid.

El actual es otro Odegaard. Las cesiones en el Heerenveen (donde llegó a ser suplente) y el Vitesse atemperaron ese ansia. El Madrid le ha ampliado dos veces el contrato y siempre monitorizó su crecimiento. Desde que llegó siendo adolescente ha ido ganando cinco kilos de músculo. Las pesas que la perla nórdica hacía de manera concienzuda en Valdebebas le llegaron a costar al club blanco críticas aceradas en Noruega. Decían que lastraban su fútbol. La realidad es que ahora su tren superior es más ancho, más resistente a la presión física de los rivales, y no le pesa en las piernas. La temporada pasada fue el jugador de la Real que más sprints registró. Hasta el parón, fue el que participó en más jugadas de gol en LaLiga (24) junto a Messi y Luis Suárez...

En su regreso, el vestuario y Zidane le ven más maduro. Gusta su carácter metódico. "Odegaard es súperprofesional, casi un robot", atestiguó su técnico en el Vitesse. Ahora está trabajando de manera concienzuda 'pulir' aún más su pierna derecha, algo siempre esencial en los zurdos. La está trabajando especialmente en los desplazamientos en largo. También ha venido mejorando el disparo, su gran punto débil.

Ahora, con 21 años, ofrece prestaciones de jugador del Madrid. Sus números de la 2019-20 fueron similares a los del centro del campo blanco pero intervino de manera decisiva (gol o asistencia) en 16 goles, más que Kroos (15), Modric (13), Valverde (7) e Isco (5), su competencia actual. Sus 63 regates completados el curso pesado dejaron, además, muy atrás a los mejores del Madrid en esa faceta (Hazard y Vinicius, 49 y 48 respectivamente). Una evolución que le ha traído de vuelta a Chamartín. Odegaard es una realidad.


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