Iker Casillas y la forma en que salió del Real Madrid: "Nos equivocamos ambos"

Madrid, Marca 
Iker Casillas tuvo una amena charla durante la edición 18 de México Sigo XXI, el encuentro anual de Fundación TELMEX Telcel con sus becarios en México.El exportero y capitán del Real Madrid habló de todo, de su precipitada salida del club blanco, de su relación con José Mourinho, del infarto que sufrió... fue una charla muy franca y llena de anécdotas con el también excapitán de la selección española.


No te merecías decir adiós así al Real Madrid, ¿te equivocaste?

"Nos equivocamos ambos. Si de algo me consuela es que si un jugador tiene que salir del Real Madrid se le tiene que hacer una salida adecuada a lo que ha hecho con el club. Hemos aprendido, no me gustan esas imágenes y creo que para ambos no es bueno. Estoy seguro que algún día subsanaremos ese pequeño desliz y haremos cosas buenas para que la gente se sienta contenta y enorgullecer a la gente".

Llegada de José Mourinho al Real Madrid. ¿Cuál fue la diferencia para poder recuperar tu sitio a aquella vez que fuiste suplente con Vicente Del Bosque?

"Entiendo que las dos situaciones son diferentes. Una estaba justificada a nivel deportivo, la otra era más a nivel personal, dos personas que se llevaban bien durante un año y medio, al siguiente tienen discrepancias, pero eran discrepancias normales entre el capitán del equipo y el entrenador, pero eso no quiere decir que tú seas más que el entrenador, al final vas a chocar porque tienes que hablar con él prácticamente todos los días y la relación se va desgastando.

"José pensaba que yo no estaba al nivel de otro compañero o sumado a eso que nuestra relación ya no estaba tan bien, le era mucho más fácil elegir entre uno u otro. Hay muchas cosas que la gente no ve, pero con él tengo una relación buena, nos hemos visto varias veces después y hemos tenido palabras agradables, no es cuestión de seguir con el rencor, cada uno miraba lo mejor para el equipo. Yo decidí no tener tanta relación con él porque no me gustaban las cosas que veía y él optó por otro compañero.

"Esta última situación me llegó mucho más maduro, con 33 años, ves por el club, intentas no crear más polémica de la que ya había y bueno hubiese hecho lo mismo que hice en su día y creo que no me equivoqué".

¿Qué consejo le darías a la gente de esa experiencia?

"El trabajo, el trabajo y el trabajo. De los entrenadores que más me han marcado uno es Luis Aragonés, que me decía que no tenía que mirar al entrenador o al compañero, que tenía que mirar en mí mismo y ver qué podía cambiar para mejorar. Entonces es un poco lo mismo, trasladarlo a la gente que está en sus oficinas, no es tanto mirar ¿por qué a ese el jefe le aprecia más y por qué a mí no?, sino hacer bien mi trabajo e intento ayudar a la gente, seguramente tendrás tu recompensa".

¿Cómo vivías la llegada de las grandes figuras en el Real Madrid 'Galáctico'?

"Te daba la sensación de que el Real Madrid era Gloria Bendita para cualquier jugador. La filosofía de Florentino Pérez de poder fichar al mejor jugador del momento era un plus de motivación para nosotros. Yo recuerdo esa etapa de una manera muy bonita, aunque en el último año de los Galácticos no tuvimos esa fortuna de ganar títulos, pero del 2000 al 2003 conseguimos dos Copas de Europa, dos Ligas, infinidad de títulos que hizo más agradable la convivencia. Traer a los mejores daba más notoriedad para todos. Florentino supo llevar al club al puesto que tiene actualmente, el equipo más importante de la historia".

La presión en el Real Madrid es muy fuerte...

"Cuando yo jugaba en las categorías inferiores del Real Madrid, aunque ganáramos 8-2, el entrenador me decía que cómo había dejado encajar dos goles. Eso dentro de la cantera estaba mal visto, la presión ya la tenías desde abajo y eso me hacía llevar la presión hasta llegar a ser el portero del primer equipo del Real Madrid. Yo sabía que cada tres días tenía una responsabilidad, está claro que no es fácil siempre mantener el nivel, pero es cierto que me gustaba jugar con esa responsabilidad".

¿Qué tal la vida sin fútbol?

"Bueno, pues la vida, evidentemente, cambia bastante. De tener una rutina, de tener quehaceres diarios, a tener que reinventarte un poco a nivel personal y profesional. Yo tuve suerte, empecé a vislumbrar hace dos o tres años que la carrera del fútbol se va terminando y cuando me ocurrió el infarto hace un año y medio prácticamente ya tenía el camino allanado, ya era una cuestión de poner a funcionar antes o después. Por circunstancias que me han pasado, ha tenido que ser antes, pero no tengo ningún problema porque estoy preparado para ello".

¿Cómo es Móstoles? ¿Qué recuerdas de ahí?

"Móstoles es una localidad que está a unos 20 kilómetros de Madrid, es una ciudad dormitorio, aquí se suele llamar así a esas ciudades que si todo el mundo tiene que ir a trabajar a Madrid. Y bueno, pues eso no te quita de estar una hora y media en carretera por los atajos que podría haber para poder desempeñar cada uno su profesión.

"Yo estuve desde que tenía nueve años hasta los 18 yendo desde Móstoles a entrenar a la Ciudad Deportiva Antigua del Madrid, todos los días con mi padre en coche con mucho desgaste, desgaste físico. La gente te ve ahora y se puede acordar más de todos los éxitos profesionales que de todo ese sacrificio que hacían tus padres en su momento y pues es una ciudad que va conmigo porque es donde me he criado, donde he crecido como persona y a la que llevo muy arraigada porque toda la gente ahí me quiere muchísimo".

¿Cómo te calificas como estudiante?

"Bueno, yo en realidad siempre he tenido unos padres muy estrictos en relación con el estudio. Es curioso porque a mi padre siempre le ha gustado mucho el fútbol y mi padre me veía ponerme de portero y él sabía que yo era bueno y así se lo hacían llegar casi todos los entrenadores que he tenido, todo el mundo apostaba por mí como un portero futurible en el Real Madrid y en la selección española. Y luego estaba mi madre que era un poco más de tenerme los pies en el suelo. A pesar de todos los elogios que me hacían, siempre era un poco la que cortaba esos elogios y me volvía a la realidad. Creo que cuando eres pequeño debes tener unos padres así, que te sepan inculcar que no todo es tan fácil, que todo tiene un proceso y un camino por recorrer. Yo con nueve años tenía que ir a entrenar a Madrid, lo que suponía un gasto económico para mis padres: mi madre a veces se dedicaba a limpiar en casas de otra gente; mi padre se dedicaba a la guardia civil y quería sacar la carrera de Derecho, pero la tuvo que dejar para realizar el sueño de su hijo que era jugar al fútbol. La historia salió bien, pero por el camino se quedaron muchísimos compañeros míos que no tuvieron tanta fortuna. A la gente, a los críos que nos están viendo les diría que a veces hay que sacrificarse por muchas cosas, pero que no siempre se consigue, con ese sacrificio, lo que tú quieres".

Tu padre como guardia civil asumió el riesgo de estar en el País Vasco en momentos muy difíciles: ¿qué te llegó a ti de todo esto?

"Yo lo viví de muy pequeño, mi madre estaba embarazada de mí durante la etapa más difícil de la guardia civil con el País Vasco cuando, prácticamente, asesinaban a un guardia civil al día, y bueno mi padre retó al destino porque económicamente también venía mejor y porque él quería hacer su profesión como tal.

"El nombre Iker viene concretamente porque a mis padres les gustó mucho, mi hermano se llama Unai, son nombres vascos y decidieron ponérmelo aquí en Madrid. Al principio era curioso porque había muy pocos Iker en la comunidad de Madrid, ya no te digo en Móstoles, a mí me resultaba un poco embarazoso tener que ir al colegio y decir cómo me llamo porque toda la gente me miraba como un bicho raro porque ese nombre no era muy común. Poco a poco la gente lo fue teniendo más en su cabeza e incluso, hace poco vi una noticia que el nombre de Iker se había convertido en uno de los más puestos en el año 2005 y 2006".

Aquí en México hay muchos Iker por la inspiración que causaste...

"¿En serio? No sabía. Eso me enorgullece, es bonito, pero yo lo vivía con mucho miedo cuando iba al primer día de clase, en cuanto decía mi nombre en la lista, todo el mundo me veía como un bicho raro. A veces tenía que decir que, en vez de llamarme Iker, me llamaba Enrique".

¿Cuándo descubriste que podrías triunfar como canterano del Real Madrid?

"Me acuerdo cuando fui a hacer las pruebas a la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Éramos unos 300 chavales en un vestuario que no estaba en las condiciones que ven ahora, pero la charla de uno de los coordinadores de la cantera del Real Madrid fue: 'De todos los que están aquí, posiblemente va a llegar uno o ninguno al primer equipo del Madrid. Algunos se quedarán en el camino o podrán llegar a Tercera o Segunda División'. De todos los chavales que había, el único que llegó al primer equipo del Madrid fui yo. Cuando lo recuerdas, te entra un poco de nostalgia, de pena, se te ponen los pelos de punta, pero es la realidad. Por el camino se quedan muchísimos niños con sus padres que tienen muchas ilusiones, mucho sacrificio y no todo el mundo puede llegar a ello. Yo tuve aquella fortuna, tuve ese pelín de suerte y al final pude ir subiendo en las categorías inferiores hasta llegar al primer equipo, pero es un camino muy difícil".

Anécdota de su primer viaje con el Real Madrid a jugar la Champions

"Lo curioso de todo esto es que yo estaba en clase de diseño, estaba hablando con mis compañeros, hablábamos del Real Madrid, pues llevaban una serie de partidos en los que no habían estado bien. Con mis amigos hablábamos de la última jornada, como amantes de fútbol teníamos derecho de criticar a esos jugadores y curiosamente, antes de que llegara el recreo, un conserje del instituto le dijo a la maestra que tenía que salir de clase un momento porque tenían que hablar conmigo. Al principio no le di mucha importancia, pero al andar 15 o 20 metros por el pasillo sentí un poco de nervio porque pensé que podría ser una noticia desagradable, pero no, me tranquilizó y me dijo que el Real Madrid me estaba reclamando para ir con ellos a jugar la Champions. Me quedé perplejo, no entendía muy bien lo que me estaba diciendo, pensaba que era una broma. Al llegar con el director me dijo que le habían llamado porque tenía que incorporarme con el club para irnos a Noruega. Pasé de ser crítico del club a ser parte de ellos en un viaje, a comer en una mesa con Clarence Seedorf, con Fernando Morientes, con Raúl González, con Davor Suker, con Roberto Carlos. Fue como ir a Disneylandia, estar con el equipo que consiguió la séptima Copa de Europa".

Su debut siendo el tercer portero del Real Madrid

"No sé si estaba destinado para eso, pero mi debut se produce a los 18 años. Yo formaba parte del equipo en la temporada 99-2000 como tercer portero, venía de ganar el Mundial sub-20 y eso hizo que el club apostase por mí para estar en el Madrid B y formar parte del primer equipo. ¿Qué ocurre? Que todo un campeón del mundo y de Europa como Bodo Illgner sufre unas molestias que le incomodan para entrenar. Estábamos Albano Bizarri y yo que éramos dos pipiolos y durante un mes, mes y medio de pretemporada estábamos solos en el primer equipo. ¿Qué sucede después? En septiembre, Illgner aún no se recuperaba y Albano sufre una lesión de clavícula, me dicen que voy a jugar en Bilbao, que no hay problema, que es un campo difícil, pero que creen que estoy preparado para poder jugar y ahí es donde arranca todo, la ilusión que tenía de pequeño y donde realmente empieza el sueño de debutar con el primer equipo a nivel oficial".

¿Con quién te toca compartir cuarto la noche previa al debut?

"Me toca estar con Fernando Hierro en la habitación, pero Fernando decide que es mejor estar solo para que yo no me desconcentre y esté más tranquilo y me deja solo. Él pensaba que me iba a venir bien y todo lo contrario porque yo necesitaba a alguien a mi lado que me tranquilizase y que me dijera cómo iba a ser jugar un partido de tal importancia. Han pasado los años y todavía no se la perdono. Me preparé para jugar de la mejor forma posible, lo pude haber hecho mejor, pero fue un buen debut a pesar de empatar a dos. Creo que, con 18 años, empezar en la antigua catedral fue muy especial y muy bonito".

¿Imponía mucho Fernando Hierro como capitán?

"He tenido suerte, pero es verdad que yo he tenido una fortuna inmensa de formar parte de aquel Real Madrid. Tener una persona como Fernando Hierro fue muy importante para todos los que estaban detrás de él, también fue muy importante tener un capitán como Sanchís, que entre los dos manejaban el vestuario. Creo que el legado que le dejaron a Raúl, a Guti, a Míchel Salgado fue muy importante porque de ese legado fuimos partícipes el resto, en este caso Sergio Ramos y yo. Fernando y Manolo formaron parte del Real Madrid de los 90 que yo vi con más atención, pero que para mí era un sueño jugar junto a ellos y al resto de compañeros. Luego lo he tenido como Director Deportivo de la selección, por lo que tenemos infinidad de anécdotas, además de que es un gran amigo mío".

2002, el destino te tocó y tu dejaste que el destino te tocara.

"Pues mira, yo creo que lo que la gente tiene que saber es que cuando llegas al primer equipo no todo es fácil, hay momentos muy marcados para llegar a tu sueño. Lo que sí está claro es que en el 2002, cuando yo dejo de jugar porque Vicente (Del Bosque) cree que César le puede dar esa seguridad que yo no le estoy dando, pues esos dos meses tienes que sacar algo positivo. En momentos de crisis tienes que reinventarte y analizar qué es lo que pasa. Me vino muy bien porque tenía 20 años, venía de ganar una Champions y dos Ligas y sirvió para hacer un parón y replantearte tu vida profesional, ya que no todo siempre va a ser sencillo y fácil.

"Por el motivo que sea, el destino tiene estos caprichos. Después de estar prácticamente dos meses sin jugar, vamos a la final de Glasgow y tras una jugada absurda, César se lesiona el pie y tiene que ser reemplazado por mí. Sin quererlo ni temerlo, de último minuto me convertí en protagonista al hacer dos o tres paradas seguidas. Esos dos meses sin jugar, con la atención puesta en otras cosas me dieron mi recompensa".

Más allá de esa final de Champions, a los dos días tienes que ir a un Mundial y jugarlo

"Camacho decide llevar a Cañizares, Ricardo y a mí con dos meses. Yo estaba seguro que sería el segundo o tercer portero, pero la lesión de Cañizares hace que se abra la oportunidad de jugar y Camacho, recién cuando cumplí los 21 años, me dice que voy a hacer el portero del Mundial y que tengo que dar el 'Do de pecho'.

"Para mí fue un Mundial muy bonito, me sentí muy bien. Noté un cambio total como portero en todos los sentidos. Ahí fue donde di el salto para convertirme en el portero que sería. Salí muy reforzado de aquel mundial. Me gusté, tenía que seguir puliendo alguna cosa, pero ese iba a ser el Iker que se vería en el futuro".

Tenías 20 años y estabas pasando por una crisis, ¿cómo superaste el pasar de ser el niño prodigio a ser suplente y luego estar listo para la oportunidad? ¿Con quién te refugiabas?

"Primero tuve que analizar mi situación, qué es lo que pasaba. Seguramente cuando estás en una burbuja como el Real Madrid vives ajeno a todo lo que puede pasar a tu alrededor, yo creo que es un error. Por suerte reaccioné rápido, habría que pensar en qué me he equivocado para recuperar el lugar donde querías estar. Me rodee de gente positiva, de amigos que te ayudaban, no los que te decían las cosas que quería escuchar. Creo que me empecé a descubrir a mí mismo y entender que sin sacrificio no puedes volver a la élite. Cuando no jugaba, me pasó por la cabeza irme del Real Madrid, irme a un equipo donde estuviese más a gusto, poder jugar y poder seguir creciendo, pero entendí y valoré que debes de seguir luchando por tus sueños. Lo más importante para mí fue trabajar en silencio, trabajar para mí, para el resto de mis compañeros y yo creo que todos salimos reforzados".

Vicente del Bosque, un padre para Iker

"Sí, Vicente me conoce desde que tenía nueve años, me conocía de sobra a mí, a mi familia, a mis padres. He tenido infinidad de reuniones y charlas con él. Ha sido parte esencial de mi formación en el primer equipo del Real Madrid porque él me dio esa continuidad, apostó por mí en su momento y pues todo lo que hemos vivido en la selección. Es una persona bellísima, con la que también he tenido algún 'encontronacillo' pero siempre se subsana hablando, teniendo un buen diálogo. Vicente es un hombre necesario para el fútbol. Recuerdo una de las charlas que nos dijo antes de la final del Mundial 2010: 'Son 23 chicos que están teniendo una responsabilidad enorme, pero que no se nos olvidara que detrás de nosotros hay muchísimos niños, gente que podemos hacer felices al ver lo que es ganar un Campeonato del Mundo'".

¿Qué cambió en la Eurocopa 2008 para llegar al título?

"Llegamos al Mundial de Alemania en el 2006 con la mentalidad de Luis Aragonés de poder ser campeones del mundo, pero creo que no llegó. Había gente muy joven que estaba llegando a ser importante en sus clubes y los capitanes no sabíamos dar ese paso como gente de jerarquía. Luego del Mundial 2006, hace un cambio en la selección y llama a gente joven para darle esa responsabilidad. Para el 2008 sufrimos muchísimo, estuvimos a punto de quedar fuera, pero empezamos a creernos lo que él nos decía, supimos crear un escudo ante las críticas cuando las cosas no iban bien, nos ayudábamos el uno al otro. Llegamos a esa Eurocopa muy reforzados internamente porque creamos un vínculo muy fuerte, pero nos faltaba dar ese paso, yo creo que el partido ante Italia, aquellos famosos penales pues en este lado salieron por la cara A, si hubiesen llegado a salir por la cara B, posiblemente no estaríamos hablando de la etapa con mayor ilusión y más fascinante del fútbol español. No hubiese sido lo mismo ni en el Mundial del 2010 ni en la Eurocopa del 2012".

¿Qué sabor de boca te deja ser partícipe de todo esto?

"Me gusta verlo desde el lado que hicimos felices a millones de españoles, pero no me gusta vanagloriarme. Es importante para mí, pero sobre todo para la gente, la gente creció con nuestros éxitos y es agradecida".

El mano a mano con Robben en la final de Sudáfrica 2010

"Para mí fueron los dos o tres segundos más largos de mi vida. Es una jugada que parece sencilla pero no lo es tanto. Si Robben hubiese regateado, una de dos: toco la bola o también podría haber tocado a Robben, significando penalti y expulsión. Prácticamente hubiera sido decir adiós al título. Lo primero que pienso es cómo es posible que se quede solo delante de mí. Cuando veo que viene solo, pienso 'Iker, aguanta, no te caigas, aguanta'. Cuando veo que no me dribla, lo único que hago es sacar el pie, cuando toco la pelota sabía que no iba a portería".

La vida te recuerda que no eres invencible con el infarto...

"No sé si todos seremos iguales, todas esas fotos levantando títulos quedarán para la historia. Tienes que estar agradecido de manera constante todos días. Hay gente que le pasa lo que me pasó a mí y no tienen la fortuna de ver cómo te quiere la gente. Esos días, a pesar de estar en el hospital, vi cómo me trató la gente, el mundo del deporte. Solo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos que se preocuparon por mí. Una vez que miro atrás y veo el camino recorrido, no puedes pedir más, solo agradecer lo que he vivido, las alegrías que he dado y bueno, tuve la suerte de que se actuó rápido para poder estar aquí y decirle a la gente que viva el día a día y no piense en la semana que viene, sino en el mañana".

¿Cómo fue el día del infarto?

"Cuando estoy en el entrenamiento del Porto y me dispongo a formar parte del equipo completo (porque los porteros entrenamos aparte) no me encuentro bien, me empiezo a sentir molesto con mi pecho, pensaba que era parte de mi alergia, tenía un poco de calor y de repente pues el dolor en el pecho va en aumento, me impide andar, tomar aire, le digo al fisio que llame al médico. Llega y se da cuenta de lo que me está pasando, pero no me lo dice para no alterarme, me tranquiliza, me llevan al vestuario, me cambian de ropa, vamos al hospital y ahí me hacen un catéter para extraerme un coágulo que se me había formado cerca del corazón. Cuando ya pasa todo, me reincorporo y el doctor me dice que me estaba dando un infarto y que por suerte hemos podido erradicar: 'bienvenido a la vida; has tenido mucha suerte, que de esto se salvan muy pocas personas'".

¿Cuánto tiempo tardaste en volver a ser el Iker Casillas que eras?

"Hoy tengo mucho menos miedo que hace 17 meses, sabes que algo tienes, pero tampoco puedes vivir así. La primera semana vivía angustiado, no sabía si me podía dar otro infarto, no sabía por qué me había dado ese, que no tenía una vida estresada. Te planteas muchas cosas. A medida que van pasando los meses, me he sentido mucho mejor, todo esto lo vas a ver en un documental que sacaremos a final de año. Es cierto, que no he vuelto a lanzarme por una pelota, me costaría bastante, pero es cierto que me encuentro bien, me he vuelto a encontrar conmigo mismo, de una manera diferente, con un Iker que valora muchas más cosas".

¿Es complicado salir a otra vida?

"Es muy extraño, la sensación que tengo es que el tiempo vuela, que el tiempo pasa muy rápido. Me acuerdo mi primera temporada con el Real Madrid y me acuerdo qué me dijo Manolo Sanchís: 'Nene, disfruta el momento porque el tiempo vuela y el tiempo en el fútbol mucho más'. Estás acostumbrado a una rutina y cuando te quieres dar cuenta, esto ha pasado. Parece que fue ayer cuando me dieron esa plática, misma que ahora yo estoy dando. Les diría a todos que disfruten el momento".

Así finalizó la participación de Iker Casillas en la 18a edición de México Siglo XXI, que por primera ocasión se realizó en forma digital.

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